La reciente modernización del regadío de la Comunidad de Regantes de la Presa de la Tierra ha provocado que prácticamente desde el inicio de abril de este año los regueros y cauces de siete localidades de la comarca del Órbigo estén sin una gota de agua que les está impidiendo regar sus huertos particulares, además de afectar a la conservación del medio ambiente de la zona.
Una situación que llevan denunciado desde hace ya bastante tiempo desde la Asociación para la Conservación del Riego de Huertos y del Patrimonio Hídrico y por la que ante el «hartazgo» de esta situación llevarán sus protestas a la calle.
En concreto, realizarán una manifestación el próximo sábado 2 de agosto a las 11:00 horas desde el Molino de Manolo de San Feliz de Órbigo hasta la balsa de riego de Moral de Órbigo, «que es la verdadera causante de que estemos sin nada de agua», explica el presidente de la asociación, Francisco Catalán, que indica que «contamos con más de 300 socios de los siete pueblos del Órbigo afectados por esta situación que son Villarejo, Veguellina, Hospital, Benavides, Gualtares, San Feliz y Villares».
En un manifiesto, aseguran que «la asociación nace para defender las prácticas tradicionales de riego de nuestros huertos y proteger los cauces y presas que pasan por nuestros pueblos desde tiempos inmemoriales» porque creen que «es compatible la modernización del riego de fincas con el riego de huertos que están en nuestras zonas urbanas y del paso de agua por los canales que cruzan nuestros pueblos».
Antecedentes
Desde la asociación detallan que la Comunidad de Regantes Presa de la Tierra’, aprobó el 3 de diciembre de 2017 el «mantenimiento del riego a las fincas no modernizadas y de los cauces de las presas para dar servicio de riego, evacuación de inundaciones y concesiones de usuarios industriales». No obstante, unos días más tarde, el 17 de diciembre de 2017, la misma comunidad aprobó, en Junta General Extraordinaria, «iniciar el proceso para dotarse de un sistema de riego modernizado».
Asimismo, explican que el 28 de diciembre de 2021 la Comunidad de Regantes Presa de la Tierra, en Junta General Extraordinaria, aprobó quitar la concesión de agua a los molinos y otros usuarios industriales, y dejar fuera de la zona regable a los huertos y fincas ubicados en las áreas urbanas. «De esta forma se modificaron las características aprobadas cuatro años antes» aseguran, e indican que «como consecuencia de esta decisión, en los primeros días del año 2022 algunos vecinos de los pueblos afectados comenzaron a recoger firmas contra estas últimas decisiones de la comunidad y ante el elevado número de firmas recogidas, y tras realizar reuniones informativas, el 22 de junio de 2022 se acuerda fundar la asociación».
Situación límite desde abril
Desde su creación, la asociación, entre otras acciones, ha recurrido por vía judicial todos los acuerdos que ha tomado la Comunidad de Regantes Presa de la Tierra y que son contrarios a sus reivindicaciones.
Al respecto, desde la asociación explican que desde que en abril de 2025 se inició la campaña de riego, la primera con riego modernizado implantado al 100%, «no hay dotación de agua para los cauces de las presas tradicionales». «Consecuencia de esto es la desaparición del paisaje de ribera: la muerte total de la fauna (peces, ranas, cangrejos, salamandras, tritones, mejillones de agua dulce, etc...); la desaparición de la vegetación del entorno de los cauces de las presas tradicionales; la conversión en «secarrales» de los huertos ubicados en la zona urbana de los pueblos; la bajada del nivel freático afectando a todos los pozos de filtración; etc.», critican.
En ese sentido, en su manifiesto los vecinos del Órbigo afectados señalan que «la negación del agua para regar los huertos y fincas situadas en el casco urbano supone un grave perjuicio para los habitantes de nuestros pueblos impidiendo disfrutar de aspectos tan importantes», como por ejemplo, «un complemento económico importante de las familias debido al autoconsumo de los productos de sus huertas»; o el trabajo, ya que «sobre todo de las personas mayores, en el cuidado de los huertos que reporta una gran dosis de salud tanto física como mental, la socialización de la población es más efectiva en tanto que se comparten y se intercambian productos entre la vecindad y para la conservación e intercambio de semillas autóctonas».
Los huertos, «indispensables»
Por todo ello, desde la asociación defienden que «los huertos, ubicados en los alrededores de la casa, aportan un gran valor añadido a la misma, siendo un gran aliciente para que nuevos pobladores se animen a vivir en los pueblos».
Motivo éste por el que los vecinos del Órbigo agrupados aseguran que continuarán realizando todo tipo de acciones para no perder el derecho al uso del agua «que tenemos desde tiempos inmemoriales» y que está manifestación del próximo 2 de mayo será la primera reivindicación para que tanto las administraciones provinciales y autonómicas, como la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) pongan solución a este problemática que está impidiendo que puedan cultivar sus huertos como llevan haciendo toda la vida».
El PP pregunta al Gobierno por esta situación
Los parlamentarios del Partido Popular de León preguntan al Gobierno por los motivos que han llevado a la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) a «cortar el suministro de agua» para el riego de huertos urbanos en la zona del Órbigo, una práctica que se llevaba realizando desde la década de los años 60.
«La modernización de la Presa de la Tierra ha priorizado las grandes explotaciones agrícolas dejando sin agua un cauce histórico desde el pasado 15 de mayo y provocando la pérdida de patrimonio paisajístico y cultural en siete localidades del Órbigo», remarca el escrito en el que, a su vez, pone de manifiesto que la CHD ha desestimado, desde 2022, las reclamaciones presentadas por los afectados.
El documento, firmado por las dos diputadas y los tres senadores, refleja que tanto la Comunidad de Regantes Presa de la Tierra como la Asociación para la Defensa y Conservación de Riegos de Huerto y Patrimonio Hídrico propusieron mantener «un caudal ecológico que permita que el agua siga fluyendo por los cascos urbanos, como es tradición en el Órbigo y preservar infraestructuras históricas como los molinos», peticiones que siempre han recibido una respuesta negativa.
En este sentido, plantean a la Confederación Hidrográfica del Duero «por qué persigue los huertos en las zonas rurales, impide el autoconsumo y los productos de cercanía y no los favorece manteniendo el suministro de agua».
En contraste, prosiguen, «han mostrado una permisividad hacia ocupaciones ilegales de propiedades privadas, donde no se interrumpe el suministro».