Vacaciones remando a cuatro patas: los perros también saben disfrutar del pantano de Riaño

Una empresa leonesa organiza actividades de piragüismo para personas de toda España que buscan pasar el verano con sus mascotas

02/09/2025
 Actualizado a 02/09/2025
Humanos y perros comparten 'can-oas' en las aguas de Riaño, en una actividad en la que tanto unos como otros se lo pasan en grande. | REPORTAJE GRÁFICO: SAÚL ARÉN
Humanos y perros comparten 'can-oas' en las aguas de Riaño, en una actividad en la que tanto unos como otros se lo pasan en grande. | REPORTAJE GRÁFICO: SAÚL ARÉN

El perro es el mejor amigo del... agua. Al menos, cada jueves de verano en el embalse de Riaño. Decenas de turistas y sus mascotas se dan cita para navegar a cuatro patas, y a dos manos, en unas sesiones de piragüismo organizadas por una empresa leonesa especializada en viajes con animales.


‘Guau qué viajes’, compañía de Cistierna, promueve viajes en grupo para personas que buscan pasar sus vacaciones en compañía de sus mascotas. De esta manera, organizan numerosas actividades en la Montaña Oriental entre las que estos paseos en ‘can-oa’ por Riaño es una de las más esperadas por los turistas de toda España que se acercan a la provincia leonesa para pasar unos días de verano con sus perros.


A la brisa del embarcadero de Riaño, bajo el machacante sol de agosto, los perros de un grupo de viajeros llegados de cada rincón del país esperan pacientes a que les coloquen sus chalecos salvavidas. Parece que incluso alguno puede entender las pautas de la actividad que detallan Ricardo Alonso y María Olave, responsables de ‘Guau qué viajes’. Son canes tremendamente bien educados, sociables y acostumbrados al trato con otros individuos tanto de dos como de cuatro patas.

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Sin embargo, algunos se muestran temerosos. Es el caso de Horus, que ha llegado acompañado de María desde Madrid a un pantano que mira con recelo. «Parece que no se anima hoy. El agua, ver tanto agua, es nuevo para él. A ver si conseguimos que se suba», explica su dueña mientras entrega algunas chuches caninas a su mascota.

Los viajes duran de lunes a sábado, en unos días en los que los perros y sus dueños recorren parte de la comarca


Parece que el aperitivo surge efecto y, al segundo intento, Horus se monta en la piragua. Es la primera vez que María y su mascota participan en un viaje grupal de este tipo, el cual se está convirtiendo en una «muy buena experiencia».


No es el caso de Ana Rosa, vecina de un pueblo de Barcelona, que repite experiencia después de que el año pasado ella y Tro se lo pasaran en grande conociendo esta comarca leonesa con otros perros y sus dueños. «Por eso repito, porque fue genial. No conocía esta zona. Conocía Picos de Europa, pero la parte de Asturias y de Cantabria. El año pasado vine por primera vez a la vertiente leonesa», explica la catalana.


Solos, en pareja, con la familia...


Los participantes en estos viajes grupales tienen perfiles de lo más heterogéneo. En el grupo que realizó la actividad de piragüismo coincidiendo con este reportaje hay quien viaja solo, otros son madres con sus hijos, parejas, familias completas... Las personas que se suben a la canoa son de edades diversas, procedentes de lugares tan diferentes entre sí como Málaga, Pamplona, Sevilla, Vitoria o Teruel. Eso sí, todas tienen en común que se encuentran en compañía de sus amigos de cuatro patas, también de razas de lo más variadas. Como señala Ana Rosa, las mascotas son las «protagonistas» de sus vacaciones y estos turistas quieren compartir el verano con personas y canes «que buscan lo mismo».

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María y Horus, Ana Rosa y Tro, forman parte del primero de los dos turnos en los que se divide el grupo de 26 personas, más sus peludos acompañantes, que se juntaron la segunda semana de agosto en la Montaña Oriental. En otras ocasiones, algunos de los participantes han llegado del extranjero, de países como Francia, México, Perú o Costa Rica.

Muchos de estos turistas repiten experiencia y buscan coincidir con compañeros de otros años


Instantes antes de subirse a la piragua, Ana Rosa explica que ha buscado coincidir en estas vacaciones perrunas con algunos de sus compañeros del pasado año. «Después de irme de León, he quedado en pasar otros días de vacaciones con personas que conocí también el verano anterior. Son vacaciones que hacemos pensando en el perro, pero a la par se fomentan relaciones con otra gente que es parecida a ti», señala la catalana junto a una mascota ansiosa por entrar al agua.


El ímpetu de Tro, que «se puso nervioso», provocó el pasado año que la piragua de Ana Rosa volcase en las aguas de Riaño. Espera que este año no se repita el incidente y su mascota parece llevar la lección aprendida.


Amistades entre ladridos


Tro se despide de un galgo con el que ha hecho buenas migas en el viaje y se sube, ya más sereno, a la piragua. En estas excursiones, como explica José Luis, que viaja con su perro Gandul, se crean lazos de amistad también entre animales. Al igual que las personas, los canes tienen mayor afinidad con un carácter o con otro y esto provoca la creación de pequeñas pandillas dentro de un grupo en el que el buen rollo es generalizado.

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Unas amistades entre ladridos en las que, igualmente, participan Bobby y Drac, los dos perros de la turolense Elena. También es su primera vez con ‘Guau qué viajes’ y se está convirtiendo en una experiencia más que positiva. «Están haciendo muchos amigos. Sobre todo, Drac. Es un cachorro de siete meses y se nota. Bobby es más independiente», explica esta turista llegada de Aragón a la montaña leonesa.


La mañana en el pantano es de lo más divertida y algunos de los perros, incluso, se animan a bajar de sus piraguas para darse un chapuzón bajo la supervisión de sus compañeros humanos. «La mayoría de los perros entran temerosos y, por eso, es importante la seguridad que trasmitimos nosotros como compañeros», valora José Luis.


Desde el bar, tomando una cerveza o un refresco al sol de agosto, el segundo turno espera y contempla la privilegiada estampa del embalse con el Gilbo al fondo. Una imagen en la que se han colado numerosas canoas compartidas por personas y por perros para hacerla todavía más bella. No había incendios por la zona, parecía un verano feliz.


Las sonrisas de Ricardo y María delatan la satisfacción por otra jornada en la que los turistas disfrutan de la Montaña Oriental. La tarde anterior visitaron Almanza, con personas y perros paseando por su recinto amurallado y ‘El bosque de los cuentos’. Durante los días que pasan por León, en turnos de lunes a sábado en julio, agosto y primeros de septiembre, recorren buena parte de la comarca en actividades adaptadas a las características de estos grupos.


Una iniciativa pionera


Aunque la empresa cuenta con un recorrido más amplio en otros sectores, lleva organizando estas vacaciones con perros desde hace una década. Más allá del verano, Ricardo y María también promueven estos viajes en otras épocas del año, como la Navidad, la Semana Santa o algunos puentes. «Lo descubrí por redes sociales y la verdad es que lo hacen genial. No conozco ninguna otra propuesta así en todo el país. Ojalá hubiera más experiencias así por nuestra geografía», destaca Ana Rosa.


Labradores, border collies, american stanfords y otras muchas razas se dieron cita en este grupo tan ‘guau’. Entre los requisitos para participar en esta iniciativa pionera, solo se pide a los viajeros que sus mascotas sean «sociables» porque van a compartir muchas horas con otras personas y perros.


Entre las incontables historias que custodian las aguas de Riaño, se suman ahora las que unen entre sí a estas personas y a sus perros. Las memorias inolvidables de unas vacaciones que compartieron remando a cuatro a patas.

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