Un año de números rojos desde la Marcha Blanca

El 14 de septiembre de 2015 unos 2.000 ganaderos llegaban a Madrid con la intención de poner fin a la crisis de precios. Hoy están peor

Teresa Giganto
08/09/2016
 Actualizado a 11/02/2019
La Marcha Blanca partió de León el 24 de agosto de 2015, recorrió 200 kilómetros en 12 etapas y su lema fue ‘Nuestro futuro es la leche’. |  T. GIGANTO
La Marcha Blanca partió de León el 24 de agosto de 2015, recorrió 200 kilómetros en 12 etapas y su lema fue ‘Nuestro futuro es la leche’. | T. GIGANTO
El 4 de septiembre de 2015 la Marcha Blanca entraba en Madrid en un día histórico para el sector lácteo del norte de España. Dos mil ganaderos y personas dependientes del sector llegaron entonces a las puertas del Ministerio de Agricultura y Ganadería con el fin de sentarse con Isabel García Tejerina, ministra encargada del área, y en quien los caminantes ponían la esperanza para salir del hoyo.

Consiguieron traspasar entones las puertas de los despachos de unas administraciones que hasta el momento parecían no haber escuchado sus súplicas y sobre la mesa pusieron la crisis de precios del sector lácteo, una coyuntura que lejos de haberse solucionado, continúa y cuyo origen se remonta a la desaparición del sistema de cuotas.

Ha pasado un año de aquellas reivindicaciones, y los ganaderos de vacuno de leche continúan «asfixiados» y tan solo respiran algo aliviados -aún con pérdidas- por los precios tan bajos que registra el cereal. Muchos no pudieron recorrer los 200 kilómetros de aquellas 12 etapas que formaron la marcha reivindicativa porque las vacas comen todos los días y hay que ordeñar, algunos de los que entonces echaron a andar para llegar a Madrid con el eslogan ‘Nuestro futuro es la leche’ han tenido que cerrar durante este año sus explotaciones. La cartera no daba para más: ha sido un año lleno de números rojos para muchos ganaderos del vacuno de leche después de la Marcha Blanca.

La leche vale menos que hace un año lo único que los costes de alimentación son menores por lo que cada ganadero sabrá su balance pero dos o tres céntimos sí que ha bajado Aquella protesta estaba encabezada por las organizaciones agrarias principales en Castilla y León y por la Organización de Productores de Leche(OPL) así como varias cooperativas que apoyaron manifiestamente la iniciativa. Entre los que encabezaron varias etapas y se sentaron además con García Tejerina en Madrid está Matías Llorente. Él reconoce que aquello «no sirvió para nada» en cuanto a las administraciones pero sí para dar visibilidad al problema. «Para lo único que sirvió fue para dar a conocer un problema de cara a los consumidores y de cara a la sociedad y que tomaran conciencia para que a la hora de ir a comprar adquieran productos de origen español. Y también sirvió para la unidad de las organizaciones agrarias de cara a reivindicar esa problemática», explica el líder de la alianza Ugal-Upa. En ese mismo sentido se ha manifestado José Antonio Turrado, Secretario General de Asaja en León, quien a día de hoy y después de un año lamenta además que «la situación está peor». «La leche vale menos que hace un año lo único que los costes de alimentación son menores por lo que cada ganadero sabrá su balance pero dos o tres céntimos sí que ha bajado», comenta.

José María Álvarez, portavoz de la OPL, señala que el precio por litro de leche ronda ahora los 27 céntimos. Hace un año el coste de producción era de unos 33 céntimos, cifra que ahora se ha abaratado y es de 30 céntimos pero que aún así todavía está lejos de ser un precio rentable. Los ganaderos y las organizaciones continúan lamentando la falta de medidas desde la Administración y se encuentran «desolados». «De todo lo que nos prometieron no se ha puesto en funcionamiento nada, ni siquiera la identificación de la leche española, cuando en Francia lo van a instaurar para 2018. Nos dieron buenas palabras que no se han traducido en hechos, todo lo que se dijo en aquella reunión ha sido una gran mentira y no han hecho nada por la ganadería», critica el portavoz de la OPL.

En aquella reunión con la ministra de Agricultura y Ganadería en la última etapa de la Marcha Blanca los 10 representantes que tuvieron oportunidad de exponer el problema de los productores de leche de vacuno dejaron el aviso: de no «mover ficha» muchas ganaderías tendrían que cerrar y así ha sido. En Castilla y León concretamente hay más de 2.000 cabezas de ganado de vacuno de leche menos. En total hay 95.907 animales (el 11,3 por ciento del total nacional) y 2015 había cerrado el año con 97.665. De ponerse en marcha la reducción de la producción de leche de vaca según propone la Comunidad Europea, las reses ordeñadas podrían ser muchas menos.

¿Solución? Producir menos

Al menos así es para el gobierno europeo, una medida que por el momento no todos comparten como una posible solución o salida a la crisis. «¿Catorce céntimos para un abandono es la solución para un país deficitario de leche? No favorecen la ganadería y lo único que hacen es socavar más el problema que tenemos en este país», denuncia José María Álvarez. Y también lo hace Matías Llorente: «Los países excedentarios deben ser los primeros que retiren leche del mercado y después nosotros como país consumidor no teníamos que retirar nada. Ahora lo que pasará es que Francia subirá el precio y se quedarán con el mercado y nosotros seguiremos perdiendo cuota».
En poco tiempo la Unión Europea hará públicas las ayudas para apoyar a los productores que decidan reducir su producción. Es una medida voluntaria para la que han destinado 150 millones de euros en toda Europa y con la que esperan mermar las entregas de 1,1 millones de tonelada, ni un uno por ciento del total de la producción comunitaria en 2015.

Ahora lo que pasará es que Francia subirá el precio y se quedarán con el mercado y nosotros seguiremos perdiendo cuota Las ayudas consistirán en conceder al ganadero 14 euros por cada 100 kilos de reducción autorizada . Podrán optar a ello las explotaciones que reduzcan sus entregas de leche durante 3 meses consecutivos en comparación con ese mismo período en el año anterior. La subvención por beneficiario será como mínimo para una reducción de 1.500 kilos y como máximo para una rebaja del 50 por ciento de su producción en el periodo de referencia.

La ayuda parece no convencer a los ganaderos que continúan cada día entrando en la sala de ordeño con la sensación de estar perdiendo dinero. La esperanza de aquel espíritu de la Marcha Blanca se ha tornado para muchos en desesperanza pero como otros tanteso decían hace un año: «¿A dónde vamos a ir si esto es lo que hemos hechos siempre?».
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