Una investigación que busca abrir una reflexión sobre el alcance de los abusos en la iglesia española, una realidad que ha permanecido oculta en el tiempo e identificada en casos aislados y que en ‘Examen de conciencia’, como se titula la producción, se pretende dimensionar.

Gracias a este trabajo, espera, «se les van a ver sus vergüenzas», haciendo referencia a la Diócesis de Astorga porque, vuelve a denunciar, en su caso, «sabían lo que Ramos Gordón estaba haciendo en Puebla de Sanabria y le mandaron a La Bañeza». Además, está convencido de que hay más víctimas, de hecho «conozco a compañeros de mi año que lo sufrieron y no lo han denunciado», porque a veces, lamenta, «no merece la pena».
Otro de los protagonistas del documental en relación con el seminario San José de La Bañeza es Emiliano Álvarez, el denunciante de Ángel Sánchez Cao, cuyo caso investiga aún la Congregación para la Doctrina de la Fe. En su caso, la grabación de la serie le sirvió para enfrentarse al sacerdote en un ‘cara a cara’ que se podrá ver a partir de hoy y que ya se puede prever en el trailer. «Para mí ese momento fue una liberación, rompí la barrera del miedo», reconoce Emiliano. En ese encuentro con Sánchez Cao, logró que reconociera que le conocía, algo que había negado en público anteriormente. Con ‘Examen de Conciencia’, él no espera otra cosa más que «que haga reflexionar a la gente» porque «un abuso cuando eres niño condiciona la vida entera, ojalá la sociedad tome conciencia». Además, se considera, al igual que el resto, víctima de una «doble traición», «abusaron de nosotros y, además, en un lugar al que se suponía que íbamos a recibir una educación y unos valores».
Una asociación para proteger a las víctimas
Javier, la primera víctima reconocida de abusos sexuales del sacerdote José Manuel Ramos Gordón en el seminario San José de La Bañeza, es uno de los impulsores de la Asociación Infancia Robada que acaba de nacer para ofrecer protección y apoyo a posibles nuevas víctimas en el marco de la iglesia.La nueva organización está presidida por Juan Cuatrecasas, el padre de la víctima del ‘caso Gaztelueta’, por la que un profesor de un colegio del Opus Dei fue condenado recientemente a once años de prisión. Javier, la víctima de Ramos Gordón, ejercerá de vicepresidente de esta asociación que tiene el objetivo principal de dar «cobijo, asesoramiento y acompañamiento» a las víctimas de abusos en el ámbito de la iglesia católica, según las declaraciones de su presidente.
Además, quieren hacer ver a la sociedad que en estos casos las víctimas no denuncian cuando quieren, sino cuando pueden, por lo que en ocasiones pueden pasar «muchos años», como ha ocurrido en los casos ocurridos en el seminario de La Bañeza en la década de los 80 que ahora salen a la luz.
La nueva asociación Infancia Robada (AIR) contará para esta tarea con presencia de psicólogos o abogados para asesorar a las víctimas sobre los caminos a seguir. Además, prevén acciones concienciatorias que pasan por la organización de cursos, conferencias y cooperación con otras asociación y entidades. Por otra parte, impulsarán también reuniones con diferentes poderes destinadas a pedir que se amplíe el plazo de prescripción de los delitos de pederastia.