Desde la Peña La Pintas comenzaron a llegar de buena mañana una nutrida ‘caravana’: el rebaño de la majada, con sus pastores y pastoras, muchos curiosos y algo que también es una seña de identidad de este pueblo: una ruta inclusiva para discapacitados. Este sábado venían cuatro sillas joëlette y tres barras direccionales ‘manejadas’ todas ellas por las gentes de ese ejemplar y solidario grupo de Montaña Pandetrave.
Era otra fiesta de la trashumancia en Salamón, el pueblo del Museo de la Lana del municipio de Crémenes.

Otro lugar cargado de referencias y recuerdos, la ermita de Roblo, acogió a su alrededor la comida de cordero asado, de la que nadie tuvo queja.
La ermita acogió diversas actividades musicales, con un concierto de dos grupos de niños de la Escuela de Música de León. Y, faltaba algo según los viejos pastores:«Quien no haya pasado una tormenta... no es pastor». Y ésta hizo aparición, furibunda, y se llevó por delante una actividad, la exhibición de lucha leonesa.