El mal tiempo no impidió que los pendones ondeasen al viento a primera hora de la mañana de este domingo acompañados por música tradicional –flauta y tamboril– y por romeros ataviados con capas pardas o trajes regioneles haciendo honor a historias legendarias y muchos siglos de tradición, nueve concretamente.
Los municipios de Valdefresno y Villaturiel, herederos de la antigua e histórica Hermandad de la Sobarriba, cumplieron un año más con una tradición milenaria y renovaron su devoción y su ofrenda a la Virgen del Camino con la misa del voto, que se celebra cada año el segundo domingo después de Pascua. Los vecinos de estos dos municipios desafiaron a la lluvia en una peregrinación que comenzó en Trobajo del Camino y finalizó en la Basílica de la Virgen del Camino, donde se celebró la misa del voto.
Esta romería data del siglo XII, cuando los pueblos de la Sobarriba hicieron una ofrenda a San Isidoro, pidiendo su intercesión contra la pertinaz sequía que asolaba los campos. La Hermandad de la Sobarriba, que estuvo vigente hasta 1808 y mantenedora de esa tradición, acabó derivando en los municipios de Valdefresno y Villaturiel.

El origen del voto está ligado de alguna manera a la tradiciona ceremonia de Las Cabezadas, que cada año tiene lugar en el claustro de San Isidoro y que se centra en el remedio a la pertinaz sequía del año 1158, atribuido a la intercesión del arzobispo sevillano, pero también leonés.
Cabe recordar finalmente que ese hecho legendario y milagroso es el origen tanto de la ofrenda que hace la ciudad de León tras haber sacado los restos del santo en rogativa como del voto que los campesinos de las Hermandades de la Tierra del Viejo Reino mantuvieron con fidelidad en el lugar en el que se produjo. Ambas ceremonias tienen como objetivo agradecer el fin de la sequía y vienen persistiendo durante siglos, aunque en el caso de la Hermandad de la Sobarriba (la única de las siete históricas que mantuvo la tradición gracias al compromiso de sus gentes sencillas), la ofrenda pasó a hacerse a la Virgen del Camino en virtud de cómo venían desarrollando los actos y la proximidad del templo al lugar del milagro.