A las doce y media de la mañana del lunes 28 de abril, León se quedó como toda España sin luz en un día de tensión, nervios e incertidumbre. Muchos leoneses se quedaron atrapados durante horas en ascensores, algunos corrieron a los supermercados para hacerse con un kit de supervivencia y otros casi ni se enteraron o lo vivieron con bastante tranquilidad. Un apagón histórico que los vecinos de la ciudad recuerdan así 24 horas después.
"Yo venía de comprar e iba a entrar en casa a hacer la comida y fue un vecino el que me dijo en la escalera que no había luz en el bloque. Fueron cuatro o cinco horas sin nada, nada en absoluto y lo primero en que pensé fue en mis hijos, que viven fuera de León, con los que no pude comunicarme hasta las nueve de la noche", explica Toñi, que considera que el apagón ha sido "un total descontrol y un descontacto impresionante".
A Lorenzo el apagón le pilló recién duchado y en casa. Se pasó varias horas pensando que era un problema solo de su edificio. "Cuando a las seis de la tarde salí, en la tienda de abajo de mi casa me dijeron que era en toda España. No me digas", cuenta. "Pensé yo que eran los políticos, que andan todos revueltos", añade.
"Yo estaba en el centro comercial, en una tienda con mis nietas y justo allí nos pilló el apagón. Primero pensé que se había ido la luz, normal, pero luego ya oímos a la gente que no había luz en todo León ni en toda España", señala Carmen.
Falta de productos de panadería
Tras el caos y las dificultades que los negocios vivieron el lunes para mantener a duras penas sus comercios abiertos, León vuelve este martes poco a poco a la normalidad, aunque muchos negocios de hostelería y panadería permanecen cerrados y la mayoría de obradores no han podido trabajar esta noche.
"Hoy nos ha afectado porque no tenemos cruasanes y solo pan congelado, que sí aguantó al apagón", explica Celia, del bar La Jungla. El lunes trabajaron "un rato, una hora, como pudimos, cobrando en efectivo, pero luego ya estuvimos cerrados todo el día", añade.
También fueron sonadas las colas que se vieron en el Carrefour de la calle Ancha, donde sus empleados, como Mario, dejaban entrar a los clientes "de dos en dos" y apuntaban "a mano el precio y el código para luego pasarlo a las máquinas", en un intento de cobrar y seguir funcionando en una situación de "caos total". ¿Balance de daños? Todavía no lo tienen claro, pero este trabajador cree que las pérdidas serán altas.
Turismo, con dinero en efectivo
También el apagón pilló de camino a León a varios turistas, que dan buena cuenta con este suceso de la importancia de tener un automóvil autónomo y dinero en efectivo. Jesús y Erika, una pareja de Barcelona, estaba visitando la Catedral de Burgos cuando se fue la luz. "Fuimos corriendo a comprar agua, porque estábamos con el coche que veníamos de camino a León", explica ella.
Desde una terraza admiran este martes "la impresionante" Catedral de León, y recuerdan que "pasaron seis horas en el coche esperando a poder llenar el depósito". Gracias a que llevaban dinero en efectivo, pudieron alimentarse "con un poco de pan y jamón" que compraron en la gasolinera.
Desde Pamplona llegó a León a última hora del lunes otra pareja, Maribel y Jesús, que vivieron el apagón en Zamora, yendo al lago de Sanabria, y se enteraron de "chiripa". "Si no llegamos a entrar a un mercadillo, ni nos enteramos, porque tenemos autocaravana", explicaban.
"Nos está pasando de todo"
Un apagón histórico para el cual todavía no hay una respuesta clara y que sumió a los leoneses en una enorme incertidumbre y los mantuvo, como a todos los españoles, desconectados de un mundo que sin luz e internet parece quedar paralizado.
Concluye Toñi con pragmatismo que sí, que efectivamente, "nos está pasando de todo, pero seguimos, no pasa nada".