“Ya no sabemos qué hacer, aquí nadie hace nada, ni el Seprona, ni nadie… Ha habido accidentes, viene atestados y tampoco pasa nada, las vacas siguen siendo las dueñas de la carretera, de los sembrados y los vecinos a aguantarnos y pagar las consecuencias”. La vecina de Riofrío de Órbigo, que habla en nombre de otros muchos, se muestra contundente y realista con la situación que están viviendo en el pueblo, que califican de insostenible, y muestran su esperanza en que dándole publicidad alguien reaccione, “porque absolutamente nadie nos hace caso. Con unos no sabemos dónde van a parar las denuncias, otros dicen que no es cosa suya y nosotros a aguantar”.
Señalan los vecinos que un grupo de vacas de un ganadero que no es del pueblo “campan a sus anchas por pastos, carreteras y las calles de Riofrío” sin que nadie “ponga orden”. “Antes el ganadero nos cogía el teléfono y trataba de dar alguna disculpa, ahora ya ni eso; y la situación sigue empeorando, en el último mes ha habido seis accidentes y uno de los ocupantes de un coche aún está de baja; sin hablar de los daños en los bienes y las cosechas”, lamentan.
Entre los destrozos señalan un “buen número de árboles frutales, que los rompen pues también comen fruta. Pero ahora llega la época de sembrar y tenemos mucho miedo a hacerlo pues entrarán en nuestros sembrados y lo destrozarán; no están los tiempos para soportar este tipo de situaciones de abandono e indefensión”.
– Pero, si no son vacas del pueblo, ¿cómo han llegado ahí, qué hacen? – A ver. En principio el ganadero arrendó una finca, perfecto; pero la finca, aunque es grande, resulta pequeña para todos los animales que tiene, no se ocupa de las vacas, han roto los cierres y campan a sus anchas por dónde les da la gana, de día y de noche, que se te aparecen donde menos te lo esperas. Necesitan más comida de la que tienen, a un ganadero de Ferreras le han destrozado varios rollos de hierba, y se los han comido, claro; también sembrados de centeno.
Señalan además los vecinos de Riofrío “comportamientos impropios de las vacas ‘normales’, que de noche suelen permanecer quietas, mientras éstas andan de noche por todas partes”.
Esta problemática sale a la luz después de que hace poco menos de un mes lo hiciera otra similar en Castrocontrigo, donde una veintena de vacas campando a sus anchas han sembrado una gran controversia entre los vecinos de la localidad, hasta el punto de recoger más de cien firmas para poner fin a una situación que pone en peligro la circulación de vehículos, el casco urbano y muchos huertos.