A mediados del mes de abril los vecinos de Castrocalbón se encontraron «de morros» con la excavación de un pozo en el municipio para la implantación de una embotelladora de la que nadie les había informado y que consideraban perjudicial para la zona. Se unieron, protestaron, denunciaron y ganaron. Las obras pararon, pero sabían que su victoria no era más que una pequeña tregua. «Débil», además, porque lo que estaba en juego era «demasiado jugoso como para dejarlo pasar», según reconocieron desde la Asociación de Amigos del Agua del Valle del Eria, constituida formalmente en fechas recientes y nacida, precisamente, de esa alianza ciudadana contra el proyecto.
Este martes las máquinas regresaron y sus pronósticos se confirmaron. Los trabajos se han retomado, pero desde este colectivo también avisaron de que lo harán también sus protestas. «Si caemos no va a ser sin pelear», advirtió este martes la presidenta de la Asociación, Mónica Almanza, pendiente de una reunión en la que se acuerden las medidas de presión necesarias para volver a frenar las obras y lograr que nadie toque el agua de la zona y que esta siga estando a beneficio de sus vecinos.
«Sabíamos que iban a volver, lo que no sabíamos era cuándo», recordó Mónica Almanza, a la que avisaron por la mañana de la llegada de los operarios. «Para empezar a perforar lo primero que tenían que hacer era vallar la zona. Por esa falta de vallado fue por lo que les habían parado la obra en un principio y por eso ahora han empezado por ahí», señaló. Una vez cerrado el perímetro, considera que vendrá la perforadora para completar la tarea iniciada, un pozo que actualmente tiene ya una profundidad de unos 29 metros aproximadamente y en el que pretenden seguir ahondando hasta toparse con una bolsa grande de agua, a unos 110 o 115 metros de profundidad, según estiman.
«Ni siquiera les hizo falta trabajar por la tarde», subrayó Almanza. Este martes por la mañana colocaron todos los postes del vallado y supone que este mismo miércoles estará listo. «Lo que queda en tres horas lo tienen», lamentó. Junto a estos operarios han estado durante toda la mañana varios miembros de la Asociación y la Plataforma ciudadana. Nada tienen contra unos trabajadores que no hacen más que cumplir con un encargo, recordaron, pero si bien entienden que ellos están allí para «ganar su pan», ellos están allí para lo mismo, para defender el suyo. Ya lo hicieron en junio, cuando convocaron una tractorada. El objetivo sigue siendo el mismo: parar el pozo «y guerra vamos a dar toda la del mundo», advirtió sin poder adelantar todavía medidas más concretas. Hizo también un llamamiento a «todo el que quiera ayudar», a cualquier persona, vecino de la zona o no, que quiera respaldarles en su causa. «Todos serán bienvenidos», dijo.