«¡Tocan a fuego!» repetían los vecinos de muchos pueblos al escuchar el apresurado toque de campanas. Hacía muchos años que no sonaban, por suerte, pero en la memoria colectiva de los vecinos está el lenguaje de las campanas, ellas son las que han llamado tradicionalmente a las gentes para fiestas y desgracias, para bautizos y entierro, para concejos...
Algunas viejas campanas llevaban grabada una significativa inscripción: «Laudo Deum verum, plebem voco, congrego clerum, defunctos ploro, nimbun fugo, festas decoro» (yo alabo al Dios verdadero, llamo al pueblo, reúno al clero, lloro a los difuntos, ahuyento las nubes tempestuosas, doy lustre a las fiestas). Versos que resumen muchas de las funciones de las campanas, que no todas, pues cada pueblo sumaba diferentes toques según sus necesidades. Y los hubo agrícolas y ganaderos que llegaron a anunciar el inicio y el fin de la jornada laboral, los hubo religiosos que convocaban al pueblo a rezo cuando una mujer iba a dar a luz... «Entre el campanero y el alguacil, ahorramos avisos mil», rezaba el viejo dicho.
Es el eterno lenguaje de las campanas. De sonido feliz, que llaman repique, cuando convocan a fiesta. Triste cuando tocan a muerto y estremecedor cuando el fallecido es un niño. Preocupante cuando tocan a fuego como ha ocurrido estos días en Cabornera, en Cármenes, en tantos pueblos. A veces con final feliz, otras muchas por desgracia las mermadas fuerzas de los vecinos resultan insuficientes ante la ira de las llamas. Pero las campanas han hecho su trabajo.
Hay toques para casi todo, pero los campaneros y estudiosos hablan de siete fundamentales, el número sobre el que gira tanta simbología: «A nube, a concejo, de Angelus, a niño muerto, a muerto en general, a fuego o arrebato y el toque de fiesta». Todos comienzan con el toque de oración (como aviso) menos el de fuego, que a causa de la urgencia ‘arranca’ golpeando el badajo con toda la velocidad que el campanero pueda.
En definitiva, hacen hablar a las campanas con esas variantes que las gentes conocen: Sonar, voltear, doblar, tañer o repicar. Y cuando ellas hablan cada cuál escucha... y como en la película, se preguntan ¿por qué doblan las campanas?