El pabellón de La Torre de León fue el escenario este viernes de un evento educativo y social, organizado por la Fundación Once de Perros Guía. Alumnos de sexto de los colegios de La Palomera, Gumersindo Azcárate, González de Lama y Jesuitas y usuarios de entidades sociales como Asprona o Amidown tuvieron la oportunidad de ver de cerca cómo trabaja un perro guía con las personas ciegas, a quienes ayudan en su movilidad en el día a día.
David San Miguel tiene como compañero a Ulises, un labrador negro, desde hace año y medio. Es su tercer perro guía y los inicios no fueron sencillos, porque el animal tuvo que adaptarse en poco tiempo a ciudades y personas diferentes. Hoy, dice, es una extensión de su brazo. "La sincronía es tan perfecta que es una prolongación de ti y llega un momento en el que la información del asa y la información del perro te va llegando y vas trabajando prácticamente como una orquesta", ha relatado este usuario de la fundación, popular periodista y locutor de la radio leonesa.
Sin embargo, el perro no es Google Maps, no es un GPS. "El perro guía no es la panacea que algunos se piensan, yo no le digo llévame al pabellón de la Torre y me lleva, sino que la trayectoria para venir aquí la elijo yo", aclaraba David, pero sí le resulta muy útil a la persona ciega para salvar obstáculos y mantener una línea recta al caminar: "Cuando uno ve, tiene la referencia de los edificios, pero las personas ciegas no, por lo que los perros guía te ayudan a seguir una trayectoria sin desviarte y a ubicarte en espacios abiertos".
Proceso de entrenamiento
En esta clase abierta en el pabellón, la fundación ha explicado que los perros guía pasan por distintas fases de entrenamiento hasta que a los dos años son emparejados con una persona ciega. A los 12 años, se jubilan. La propia fundación los cría y los entrega a una familia para que conozcan un hogar y aprendan a ser sociables. Cuando cumplen un año, comienza el entrenamiento inicial en el que se sientan las bases de lo que debe hacer un perro guía.
"Ahí suelen pasar como unos tres meses, donde les enseñamos las bases del trabajo de guía, de salvar obstáculos, moverse más amplio porque tiene una persona al lado, la obediencia y más socialización", ha relatado uno de los entrenadores de la escuela, José Ramón. Luego el animal pasa a manos de los instructores, que comienzan a darle más iniciativa al animal. "Nosotros le decimos al perro que la decisión es suya. Se puede equivocar, pero para eso estamos nosotros, para decirle por dónde tiene que ir y lo aprenda", explicaba Nuria, instructora de movilidad con perro guía de la fundación.
No cualquier persona ciega puede tener un perro guía. "El perro es nuestro, el usuario firma un contrato de usufructo, así que legalmente tienes que tener 18 años como mínimo. Y además, tienes que cumplir una serie de requisitos de orientación y movilidad", ha explicado la instructora. "Es importante saber orientarse, tienes que ser una persona habituada al bastón y nos tenemos que asegurar de que tiene un mínimo económico y una condición física y mental adecuada para poder mantener el perro", añadía.
Cómo comportarse ante un perro guía
Los 450 asistentes al evento de este viernes tuvieron la oportunidad de conocer las distintas etapas por las que atraviesa un perro hasta convertirse en los ojos de una persona ciega (crianza, socialización, adiestramiento, vida diaria y retirada) y repasaron algunos consejos para saber cómo comportarse ante un perro guía.
El primero de ellos es que no se les ofrezca ningún tipo de comida a los perros, ya que pueden tener alguna intolerancia alimentaria y se les puede provocar un problema digestivo que perjudique su salud y bienestar, además de alterar el apoyo diario que le brinda a la persona ciega a la que acompaña. También recordaron la importancia de no distraer la atención del perro mientras caminan junto a una persona ciega, una acción que realizan gustosamente, pero que requiere de su concentración para garantizar su seguridad.
Además, si se quiere dar alguna indicación a la persona ciega, cabe recordar que nunca se debe tirar de la correa ni del arnés del perro. Simplemente, hay que dirigirse a ella, preferiblemente, por su lado derecho, el contrario al perro.
También se recordó que las personas usuarias de perro guía tienen reconocido legalmente, en toda España, el derecho de acceder, acompañadas del mismo, a todos los lugares, espacios, establecimientos y transportes públicos o de uso público, un aspecto que a veces genera problemas ante el desconocimiento de la sociedad.
12 perros guía en León
En sus 35 años de historia, la Fundación Once del Perro Guía ha entregado más de 3.700 perros, siendo cerca de mil los que en la actualidad caminan junto a otras tantas personas ciegas por las calles y pueblos de nuestro país. En Castilla y León hay 45 perros guía que son los ojos de quien no puede ver, 12 de ellos en León.
En la escuela de la fundación, ubicada desde el año 2000 en Boadilla del Monte, en la comunidad de Madrid, forman cada año a unos 120 perros. Los más habituales son labradores y labradores mezclados con golden. «Son perros robustos y muy sociables», explicaban ayer. También puede verse algún pastor alemán o algún caniche mezclado con labrador. Perros nobles que son mucho más que el mejor amigo del hombre.
