Hoy hablamos con Ignacio de La Fuente, enfermo de Parkinson. El Parkinson es una enfermedad degenerativa que afecta al sistema nervioso y que con el tiempo limita los movimientos entre otros síntomas.
– ¿Cómo supiste que tu enfermedad se llama Parkinson?
– Yo soy albañil, llevaba mucho tiempo de baja, el diagnostico eran varias hernias discales que me impedían trabajar. El dolor insoportable y la perdida de movilidad cada vez mayor. Tras muchos peregrinajes por diferentes médicos, me derivaron al neurólogo. Según entre por la puerta me dice… «Tu tienes Parkinson» y respuesta le sorprendió «por fin alguien me dice lo que tengo, no me alegro por el diagnostico, me alegro porque se a que me enfrente y seguro que hay una medicación que me puede ayudar».
– Manifiestas con mucha frecuencia que lo importante es plantarle cara a la enfermedad ¿Qué quieres decir?
– Nunca debemos acobardarnos, ni tener miedo sea cual sea el problema o el diagnostico de la enfermedad. Una vez pasado el susto del primer momento tenemos que enfrentarnos a la situación y si en posible en positivo, aunque en algunos momentos es difícil.
– ¿Qué síntomas tiene el Parkinson?
– Los síntomas principales incluyen temblor, rigidez muscular, lentitud de movimiento y deterioro del equilibrio. Los síntomas no motores pueden afectar el estado de ánimo, la calidad de vida, la salud intestinal y otros aspectos de la salud. Aunque se asocia a los temblores, no todos los tenemos, yo no tiemblo.
– ¿Tuviste algún miedo cuando te dieron el diagnóstico?
– Claro que tuve miedo, aunque como te dije antes también fue un alivio conocer el nombre de aquello a lo que me enfrento.
– ¿Conoces las causas que la provocan?
– La causa de la enfermedad de Parkinson aún no es completamente comprendida, pero se cree que involucra una combinación de factores genéticos y ambientales. La pérdida de neuronas que producen dopamina en la sustancia negra del cerebro es un elemento central en el desarrollo de la enfermedad. Esto te lo contarían mucho mejor que yo los profesionales tan maravillosos que tenemos en la Asociación de Parkinson León.
– ¿Cómo es tu día a día?
– Mi vida está condicionada a la medicación, tengo que contar el tiempo que tardan las diferentes pastillas en hacerme efecto para poder ponerme en movimiento y organizar mi actividad diaria.
– ¿Te has quedado bloqueado en la calle?
– Si me he quedado bloqueado, unas personas se han quedado mirando y en la mayoría de los casos siempre hay personas buenas que me han querido ayudar. Al final tengo que llamar a mi familia que venga a recogerme.
– El movimiento del Parkinson se parece mucho al de una “persona borracha”. ¿Cómo se lleva esto en el entorno social?
– Es difícil, pues el ser humano tiene la tendencia a juzgar sin saber, sin pensar lo que esa persona puede estar viviendo. A un compañero le echaron de un bar por borracho y a pesar de los intentos de la familia por explicar lo que le sucedía, no sirvió de nada y se negaron a ponerle una consumición. El compañero lo paso mal, pero esa cafetería ha perdido muchos clientes y ha ganado una mala reputación. Por favor, antes de opinar sobre otra persona «poneros en sus zapatos».
– Cuéntanos tu experiencia con el Pin-Pon.
– Como te decía antes en mi caso no hay temblor, pero tengo compañeros que si lo tienen ¿Nos imaginas jugando al Pin-Pon? Lo pasamos genial, he inventado un recogepelotas para que no nos tengamos que agachar tanto. Nos reímos de nosotros y del mundo. Lo pasamos genial, porque cada día que abrimos los ojos por la mañana es un regalo.
– ¿Qué te aporta la Asociación de Parkinson?
– Te puedo decir que no entiendo mi calidad de vida sin la Asociación, no solo tenemos todo tipo de actividades para mejorar en la enfermedad, tenemos un equipo humano increíble, son nuestra alegría. Su apoyo incondicional hace que todo sea mucho más llevadero.
– ¿Cómo te sientes al recibir el Galardón Activos y Felices al Voluntariado y la Resiliencia?
– He descubierto una faceta mía que no conocía, me gusta mucho sentirme útil. Lo de ir a la universidad siendo albañil y ser yo el que enseño algo, me hace sentir muy especial. Estoy muy contento, no sabía que podía llegar a ser útil en esta etapa de mi vida. Todos, absolutamente todos tenemos muchas cosas que aportar porque «todos tenemos alguna tarilla».