El militar leonés que después de vivir en la frontera rusa ahora está en la de Israel

El teniente de artillería Saúl García se encuentra inmerso en su segunda misión internacional de seis meses en un país en guerra como Líbano, integrado entre los cascos azules de la ONU

08/09/2025
 Actualizado a 08/09/2025
El teniente leonés Saúl García Gutiérrez con el Mufti Chiita Hussein Bandar, en las ruinas de un edificio bombardeado por Israel. | REPORTAJE GRÁFICO CEDIDO POR EL JEMAD
El teniente leonés Saúl García Gutiérrez con el Mufti Chiita Hussein Bandar, en las ruinas de un edificio bombardeado por Israel. | REPORTAJE GRÁFICO CEDIDO POR EL JEMAD

Al militar leonés Saúl García le gustan los retos. Su compromiso con el Ejército de Tierra, al cual pertenece como teniente de artillería, y su fuerte vocación de servicio a los demás, se han unido en sus años de vida castrense a su interés natural por conocer otras culturas del mundo. Esta combinación de factores le ha llevado a hacer la mochila y desplegar de forma voluntaria en Líbano.

Salvando las distancias, ya que ahora vive entre fronteras en Oriente Medio, ya conoce lo que puede significar una misión, pues esta es su segunda misión internacional. Ya en 2023 estuvo en la frontera de Estonia con Rusia en una misión «defensiva» de la Otan. 

Al volver a Tenerife, donde tiene su puesto habitual este leonés en la Brigada Canarias XVI del Regimiento de Artillería de Campaña número 93 (Raca 93), ya sabía que no tardaría mucho en volver a vivir otra experiencia fuera del territorio nacional. Y así fue. Tras una visita en Semana Santa a León para ver a su familia y amigos, en mayo cogió un avión y, desde entonces, está a diez kilómetros de la frontera de Israel, en la base Miguel de Cervantes, junto a la ciudad libanesa de Marjayoun. 

Allí estará de forma voluntaria durante seis meses, en una misión de paz como miembro de los cascos azules de la ONU, en los que sus principales labores son conocer las necesidades del pueblo libanés, con el fin último de llevar a cabo iniciativas y proyectos que puedan mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y ayuden a estabilizar la situación del país, en plena reactivación del conflicto en Oriente Medio, con el cerco de Israel a Palestina en el horizonte.  

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El teniente con la població local organizando la ayuda humanitaria. 

– Segunda misión internacional como militar voluntario. ¿Qué es lo que le ha motivado a ir allí?

– Sin ninguna duda, la principal motivación es tener la oportunidad de ayudar, de aportar mi pequeño granito de arena a la paz en una zona que ha sido recientemente afectada por un conflicto. A lo largo de su historia, el Líbano ha sido escenario de guerras y enfrentamientos. Desgraciadamente, hace poco más de un año, se produjo el último episodio de violencia. Para mí, es una enorme responsabilidad y, al mismo tiempo, satisfacción el poder desplegar en un sitio donde nuestra ayuda es más necesaria que nunca. Formar parte de los cascos azules de la ONU y ver que nuestro trabajo diario mejora la vida de las personas son las principales motivaciones para dar un paso al frente, dejar tu casa y separarte de tus seres queridos para marchar a miles de kilómetros de distancia de mi país.

– ¿Cuál es el panorama que se ha encontrado al llegar allí?

– Lo primero y lo que más llama la atención es la enorme destrucción que ha sufrido la región. Cuando uno va por la carretera, no deja de ver por todas partes las consecuencias del conflicto: casas con impactos de artillería, carreteras cortadas, pueblos abandonados o la carencia total de bienes básicos para la población. Aquí hay pueblos que no tienen ni electricidad ni agua potable. En otras zonas, no queda absolutamente nada, más allá de cascotes, trozos de hormigón y restos de lo que algún día fue un pueblo libanés. Aunque no dejan de repetirse las imágenes en televisión de los conflictos que desgraciadamente asolan el mundo, no somos verdaderamente conscientes de lo que está sucediendo. Por eso, la primera impresión es de incredulidad, estupefacción y tristeza, pues te das cuenta de lo duros que son los conflictos y las difíciles condiciones de vida de otras personas con menos suerte que tú.

– ¿En qué consiste la misión que el Ejército de España está llevando a cabo en la frontera de Líbano con Israel?

– España actúa en el marco de la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU promulgada tras el conflicto de 2006. En dicho mandato, se establece que las principales misiones son: Monitorizar el cese de las hostilidades, acompañar y apoyar a las Fuerzas Armadas libanesas en su despliegue en el sur del Líbano, especialmente a lo largo de la Línea Azul, mientras Israel retira a sus Fuerzas Armadas del Líbano, coordinando sus actividades con ambos países, ampliar su asistencia para ayudar a asegurar el acceso humanitario a las poblaciones civiles y el regreso voluntario y en condiciones de seguridad de las personas desplazadas, prestar asistencia a las Fuerzas Armadas libanesas en la adopción de una zona entre la Línea Azul y el río Litani libre de todo personal armado, bienes y armas, excepto los autorizados por el Gobierno del Líbano y de Unifil y ayudar al Gobierno del Líbano a asegurar el retorno de su autoridad efectiva en la zona. El Ejército español vela por el cumplimiento de estas condiciones, con el único propósito de contribuir a la paz y a la estabilidad en la región y llevando a cabo iniciativas y proyectos que mejoran la calidad de vida de los ciudadanos.

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Reunión con el Mufti Hussein Bandar para conocer necesidades de la población local.  

– ¿Cuáles son sus labores en la base?

– Junto con otros ocho compañeros, provenientes de Tenerife y Valencia, nos dedicamos a interactuar con el entorno civil en nuestra área de operaciones. En este contexto, nos entrevistamos con las autoridades locales, tanto civiles como religiosas; identificamos proyectos de desarrollo para mejorar las condiciones de vida de la población; y, en definitiva, intentamos que la población sienta el apoyo cercano y solidario de la misión de las Naciones Unidas y de las tropas españolas que estamos allí destinadas representando a España..

– ¿Cuántos compañeros españoles están en su mismo batallón?

– El contingente está formado en su mayor parte por personal de las unidades de la Brigada Canarias XVI, pero también hay otras unidades, como la Unidad de Apoyo a la Base y una Unidad de Vigilancia, ambas del Regimiento de Artillería de Campaña número 93. Por otro lado, la Comandancia General de Melilla aporta una unidad procedente del Regimiento de Caballería Alcántara número 10, que también cuenta con el apoyo de personal de otras unidades del Ejército de Tierra y de la Guardia Civil. Como contribución internacional, están encuadradas una compañía de Serbia, una sección del Salvador y, por último, militares de Brasil, que están integrados en el Cuartel General. Yo, en concreto, formo parte del equipo de enlace de la unidad de Cooperación Cívico-Militar (CIMIC). 

– Tuvo momentos duros en Estonia, ¿cómo afronta su paso por el Líbano?

– Son dos escenarios completamente diferentes. Aquí, a diferencia de Estonia, el conflicto está latente. No obstante, gracias a la intensa, compleja y completa preparación que tanto mi equipo como yo hemos tenido antes de desplegar, me siento perfectamente capacitado para superar cualquier vicisitud o situación que pueda sorprendernos. Somos conscientes de que habrá momentos duros durante nuestra misión, pero estamos física y mentalmente preparados para desplegar en el este de Europa, en Oriente Próximo o allí donde España requiera nuestro servicio, y lo hacemos subrayando siempre nuestro compromiso por la paz mundial y la defensa de los derechos humanos. ¡Servicio, Sacrificio y Valor!

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Saúl y su sargento junto al Sheik Druso Wissam Slika, una de las autoridades más importantes en la región.  


 

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