Gordoncillo, una pequeña localidad al sur de León, ha hecho del curioso matrimonio entre el vino y los payasos su eje central del verano. Desde hace décadas, este singular binomio se ha convertido en todo un clásico para la localidad. A primera vista, cuesta ver bajo el mismo escenario a dos mundos sin demasiados puntos en común.
En una demostración de confianza en el proyecto, el Ayuntamiento dio luz verde a la iniciativa sin dudar ni un solo instante sobre su viabilidad. Con el paso de los años, la unión de ambas ferias se ha consolidado como un éxito rotundo.
Con el paso del tiempo, la fama y la popularidad del Festival Internacional de Payasos ha traspasado las fronteras del sureño municipio leonés. En estos 24 años, compañías llegadas desde Argentina o Chile han cruzado el el Atlántico para actuar en la pequeña Plaza Mayor de Gordoncillo. Lejos del glamour de los grandes teatros, el corazón del municipio siempre consigue ser el escenario perfecto por el que muchos artistas pujan por estar presentes cada año. Un rotundo éxito que no se entendería sin el ímpetu de su actual alcalde, Urbano Seco.
Tras el nacimiento de la feria vinícola a principios de siglo, la organización comenzó a darle vueltas a la posibilidad de complementar el evento con un festival cultural. Varias opciones se pusieron sobre la mesa, pero la de maridar los caldos con actuaciones de payasos acabaría siendo finalmente la elegida. Muchas ediciones después, el éxito ha sido rotundo.
Propuestas internacionales
En esta ocasión, el telón se levantará el día 8 a las 20:00 con la actuación de la compañía argentina Martin Garibaldi El Cardo, con su espectáculo “Una sonrisa vale más que mil palabras”. La representación, que girará en torno a la historia de cómo Garibaldi pudo encontrar el camino para cumplir su sueño de montar un circo, contará con la inestimable colaboración de un público que será parte activa de la obra. El humor absurdo, las proezas y la música son los ingredientes perfectos para un relato poético y sensible que hará las delicias del público.
El sábado 9, las luces y los focos se dirigirán a la compañía china Penélope y Azules, que deleitará a los amantes del buen vino con su espectáculo “El Señor Peonzas” a las 19:00. Esta obra buscará presentarnos el universo que ha creado el artista, donde cada peonza, trompo, tórtola y toupie engendra una vida propia manifestando un mundo único y delirante.
Montado en su tricicarro, el Señor de las Peonzas viaja por el globo sin descanso y en él transporta la totalidad de ese cosmos que manipula con tanto virtuosismo y encanto. Una presentación ambiciosa que seguro no defraudará a todos los presentes.
En torno a las 20:00, la compañía toledana 7 Bubbles cogerá el testigo a Penélope y Aquiles con su obra “Burbujas”. Ya en su nombre artístico y en el título de la obra, la compañía toledana ya deja entrever sobre qué elemento girará el espectáculo. Un insólito suceso creado a base de jabón que activa nuestros sentidos y que, gracias a esta compañía española, podremos experimentar en primera persona dentro de una comedia donde el público será el protagonista clave. Una manera única de despertar esa llama mágica que todos llevamos en nuestro interior, desde pequeños a grandes.
El último grupo que llenará la cartelera será la compañía nazarí Vaivén, que con su espectáculo “Anónima” buscará rendir homenaje a las personas invisibles, muchas veces alejadas del foco para lo bueno y para lo malo, y que por fin cobrarán protagonismo gracias a una compañía granadina que se ha convertido en todo un revulsivo para el circo andaluz.
Tal ha sido su éxito, que en 2016 recibió el Premio Nacional de Circo. Nueve años después de recibir el preciado galardón, el grupo cultural aterriza en Gordoncillo dispuesto a sorprender a los espectadores con una teatralidad innovadora que ha servido de inspiración para muchos otros artistas en la escena.