Abel Ramos y Jaime Aparicio. Dos amigos, dos vecinos de La Bañeza nacidos en el municipio de Quintana y Congosto, dos voluntarios que no duraron en coger herramientas y acudir al frente del incendio de la Valdería que asola el sur de León para defender su tierra, a su gente, y que se dejaron la vida en el intento. Sus nombres ya los conoce toda España, pues con ellos dos ya son tres las víctimas mortales que deja la oleada de incendios que sacude el país.
La iglesia parroquial de Santa María de La Bañeza acogió ayer a mediodía la misa de funeral por Abel Ramos, el hombre de 35 años fallecido el martes por la tarde en Nogarejas, cuando una lengua de fuego le sorprendió mientras trataba de atajar las llamas y trabajando por su cuenta, según mantiene el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco.
Lágrimas y abrazos se veían ayer por doquier en un multitudinario funeral con el humo del cercano incendio todavía sobre las cabezas y al que acudieron cientos de familiares, vecinos y amigos de toda la comarca, que lamentaban que este terrible suceso que ha enlutado la comarca podría haberse evitado.
El funeral por Abel tuvo lugar horas después de que se confirmarse el segundo fallecido por los incendios en León, natural de Quintanilla de Flórez –Quintana y Congosto–, que acudió junto a su amigo Abel a colaborar en el control del incendio. Jaime tenía 37 años y resultó herido de gravedad en la zona de Nogarejas. Ya informó el miércoles la Junta de que tenía quemadura en el 85 por ciento de su cuerpo y que se encontraba en estado crítico en la Unidad de Quemados del Hospital Río Hortega de Valladolid, procedente del Complejo Asistencial Universitario de León.
Según aseguran vecinos de la comarca, algunos voluntarios que luchaban contra el incendio ayudaron a las fuerzas y cuerpos de seguridad a evacuar a los heridos y rescataron el cuerpo del joven fallecido en el incendio, porque «algunos de los profesionales que estaban allí lo habrían dejado quemarse allí», en palabras de un testigo, fuera de sí, lamentando el terrible suceso.
Según informó ayer la Agencia Ical, en la Unidad de Quemados del Río Hortega de Valladolid siguen ingresados tres pacientes en estado crítico y otros dos están en la UCI. El sexto herido, un varón de 78 años que estaba ingresado en el Complejo Asistencial Universitario de León con quemaduras en el 17 por ciento de su superficie corporal, fue trasladado el miércoles por la tarde a la Unidad de Grandes Quemados del Hospital Universitario de Getafe (Madrid).