El fin de semana más especial para la identidad leonesa no arrancó de la mejor forma y es que por primera vez en 20 años el acto de entrega de las doncellas al emir tuvo que cancelarse por la lluvia. El primer recuerdo a la historia del Viejo Reino, controvertida y según las investigaciones navegando ya en el limbo del mito y los hechos históricos, no es otro que la entrega de las cien docellas al emir Abderramán I por parte del rey Mauregato, o más bien el coraje de unas jóvenes que pusieron fin a la entrega de un nefasto tributo que aquel monarca acordó pagar a cambio de no ser atacado, pero que por suerte, sus descendientes se negaron a acatar hasta que finalmente una guerra acabó con cualquier tributo.
La Federación de Asociaciones Vecinales ‘Rey Ordoño’ era la encargada un año más la encargada de poner en la calle el desfile de las doncellas desde la Plaza de la Catedral, acortado y con ritmo y su posterior entrega frente a San Isidoro, que se suspendió.
Los heraldos mensajeros procedieron durante la aún soleada mañana de sábado a la lectura del edicto del Rey Ramiro, invitando a los actos de la tarde y a la entrega de las 100 doncellas según el tributo. A lomos de su caballo, salieron de la plaza de San Marcelo para recorrer el Jardín del Cid hasta terminar en San Marcelo tras recorrer la ciudad.
Enfundados en sus trajes medievales, los mensajeros avisaron a leoneses y leonesas del acto de recogida de las doncellas en cumplimiento del Tributo y su presentación ante la autoridad municipal.