Más madera para una despoblación que no da tregua a la provincia. En este 2025 se está promediando un nacimiento por cada tres defunciones en León. Una estadística que podría describirse de maneras más emotivas, una bienvenida por cada tres despedida, o de otras más gráficas, una cuna por cada tres ataúdes; pero que es el resumen más preciso de una realidad que continúa alejada de soluciones: el territorio leonés se está vaciando.
Las actualizaciones realizadas este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE) son de lo más reveladoras: 1.358 nacimientos en los ocho primeros meses del año por el triple de muertes, 4.169 en el mismo período de tiempo. La natalidad se está moviendo en 2025 en cifras de mínimos, mientras que la mortalidad lo hace en máximos. De hecho, en las 40 primeras semanas del ejercicio se alcanzan los 4.934 decesos, la tercera cantidad más elevada a esas alturas, comienzos de octubre, en lo que va de siglo.
Una tendencia completamente opuesta a la que está siguiendo la natalidad. Los 1.358 bebés que contabiliza el INE hasta agosto son el segundo peor dato de la década. Un alarmante registro que solo fue inferior en el pasado 2024: 1.357 nacimientos, solo uno menos, en los ocho primeros meses del año. De esta manera, el trabajo de la cigüeña se mantiene en mínimos.
Una evolución preocupante de la que resulta uno de los saldos vegetativos más negativos de España. En este sentido, la diferencia entre nacimientos y defunciones de enero a agosto en la provincia leonesa es la más elevada de toda Castilla y León.
Solo la inmigración permite amortiguar los efectos de esta crisis demográfica que León arrastra desde hace décadas. Del mismo modo, la llegada de población extranjera también está ayudando a rejuvenecer los padrones provinciales, lo cual es favorable para el aumento de la natalidad. En cualquier caso, 2025 tampoco se está convirtiendo en ese esperado año que sirva de punto de inflexión en la evolución demográfica de la provincia. Así, el número de nacimientos está siendo este año un 13,4 por ciento más reducido que la media de la última década.
Por su parte, la mortalidad está marcando registros un 8,5 por ciento mayores que la media de lo que va de siglo. Hasta comienzos de este mes, analizando el mismo intervalo de tiempo, solamente 2020 y 2022 han sido más mortíferos que el presente 2025.
En el caso de 2020, un año marcado por la irrupción de la pandemia del Covid, el número de fallecimientos en León se disparó hasta cerca de los 5.700 en las 40 primeras semanas del ejercicio. Por su parte, 2022 superó también la barrera de los 5.000 decesos en este tiempo, la cual se está rozando nuevamente en 2025.
Otras claves
De la misma manera, los datos publicados ayer por el INE dejan patente el progresivo aumento de la edad de maternidad en León. Dos de cada tres mujeres que han sido madres este 2025 en la provincia eran treinteañeras, superando ya la etapa de mayor fertilidad. Además, otras casi 170 leonesas dieron a luz con más de 40 años.
En lo que respecta a la mortalidad, como es evidente se va incrementando a medida que aumentan los tramos de edad: con 3.358 fallecidos este ejercicio en la provincia de León que eran mayores de 80 años, de los cuales 1.853 eran al menos nonagenarios. Por su parte, los registros oficiales contabilizan en el presente 2025 un total de 46 defunciones de leoneses que todavía no habían cumplido los 40 años.
Natalidad y mortalidad se interrelacionan cada día para ir moldeando una realidad que, ya fuera de las estadísticas, muestra sus efectos a largo plazo. Con estos dejándose sentir de manera cada vez más evidente y después de las variables negativas que se están registrando este año, León comienza a mirar a 2026 con la que esperanza de que, esta vez sí, se alcance un punto de inflexión en su prolongada crisis demográfica.