La nueva Diputación y la casa de los líos

Es habitual que los presidentes de la Diputación se refieran al Palacio de los Guzmanes como «la casa», aunque quizá tendrían que acostumbrarse a añadir «de los líos». Los recursos judiciales a los resultados de las elecciones municipales –en León y Villablino– han hecho que la fecha más probable para la constitución de la institución provincial se sitúe en el 4 de agosto, pero ese margen de tiempo no se está empleando en buscar realmente un pacto que garantice su gobernabilidad, sino en las disensiones internas que se viven en los dos grandes partidos mientras la UPL –que al final tiene la llave en la mano– espera a que ambos les concreten los compromisos que están dispuestos a firmar.

Comenzando por los líos del PP, su presidenta provincial, Ester Muñoz, insistía este miércoles en que el candidato a presidir la Diputación es el alcalde de Carracedelo, Raúl Valcarce. Y ello a pesar de que ni siquiera ha sido elegido aún diputado –el partido judicial de Ponferrada sigue pendiente del recurso al TSJ por las papeletas del PSOE de Villablino, que ha presentado alegaciones para defender su validez pese al cambio de orden de los apellidos de una de las candidatas de la lista– y de que el sector crítico encabezado por el alcalde de Almanza, Javier Santiago Vélez, se ha asegurado el control del grupo de los populares en la institución provincial tras sumar los cuatro escaños de León a los de Sahagún, Cistierna y La Bañeza.

Muñoz se felicitó por lo que consideró una lista de consenso –pese a que los críticos copan los cuatro puestos titulares y tres de los oficiales van como suplentes o pese a que estos últimos no lograron siquiera los avales suficientes para formalizar su candidatura – y recalcó que el objetivo principal son las elecciones generales del 23 de julio. «Todo lo demás es accesorio y el ego de nadie tiene que estar ahora mismo por encima de los intereses de los leoneses y los españoles y esa prioridad es el presidente Feijóo», afirmó la presidenta de los populares antes de mostrarse convencida de que Valcarce tiene «todos los apoyos necesarios y será elegido diputado» y de recordar que los estatutos del partido establecen que el Comité Electoral Nacional designa a los candidatos a presidir las diputaciones.

Mientras, el alcalde de Almanza aseguraba este miércoles que estará donde le pida el PP y donde le pidan sus alcaldes «de forma libre». Lo hacía después de las presiones de la dirección autonómica del partido para que alcaldes y concejales respaldasen la candidatura oficial para elegir a los diputados del partido judicial de León, en el que finalmente, como se ha mencionado anteriormente, los críticos salieron victoriosos.

Javier Santiago recordó que en la lista «de consenso» elegida el pasado martes «se buscaron los mejores representantes de los alcaldes y concejales de los muchos ayuntamientos en los que gobierna el PP y en los que se espera gobernar en el futuro». Además, aseguró que seguirán trabajando para «hacer las mejores listas en los partidos judiciales que quedan». Es el caso de Astorga, donde la votación será el 19 de julio, y Ponferrada, que no tiene fecha fijada por el recurso de Villablino.

Y en plena guerra civil de los populares leoneses, el presidente autonómico, Alfonso Fernández Mañueco, pedía coherencia a la UPL para que dejase gobernar en la Diputación a la lista más votada al igual que hizo con el PSOE de José Antonio Diez en el Ayuntamiento de León.

Y el secretario provincial de los socialistas, Javier Alfonso Cendón, se refería también este miércoles a la Diputación de León y aseguraba que su partido tiene un proyecto para la institución provincial frente a los «líos y cuitas». En este sentido, explicó que siguen negociando «discretamente» con la UPL y que están poniendo sobre la mesa proyectos para toda la provincia frente al «ruido interno» del PP.

Sin embargo, aunque quizá no tan intenso como en el seno de los populares, también hay ruido entre los socialistas. Dos son fundamentalmente las causas de las críticas internas, la continuidad de Eduardo Morán como diputado y la salida de Pablo López Presa, uno de los miembros más activos del equipo de gobierno del pasado mandato a la hora de impulsar numerosos proyectos vinculados al ILC y la recuperación del patrimonio.

No faltan voces críticas que creen que estas dos decisiones pueden suponer un escollo a la hora de buscar un hipotético pacto con la UPL, que ya se vio obligada a romper con el PSOE por los incumplimientos de las inversiones firmadas para hacer presidente a Morán.

Quizá por eso la única bala que les quedaría a los socialistas sería ofrecer la presidencia a la UPL con el fin de evitar que el PP se haga con el bastón de mando en la Diputación, aunque a priori ese extremo no se habría puesto aún sobre la mesa de negociación. Tampoco se descartaría una salida rápida de Morán para dejar su puesto de diputado a un suplente tras haber evitado que algunos de sus enemigos internos renovase su escaño en el salón de plenos del Palacio de los Guzmanes.

Pero no acaba ahí el descontento en algunos sectores del PSOE. Es el caso del entorno del alcalde de León, José Antonio Diez, donde no ven con buenos ojos la elección de los diputados del partido judicial. En este sentido, consideran que la dirección provincial del partido no ha hecho bien las cosas y recuerdan que la lista encabezada por Diez aportó más de la mitad de los votos del partido judicial de León sin que eso se haya plasmado en la elección de los diputados en la persona de alguien de su equipo.