La editorial leonesa Everest pide a la Junta un crédito de 3,2 millones para intentar sobrevivir

La editorial leonesa negocia además la entrada de posibles inversores en la compañía, que tendrían que aportar la misma cuantía para poder dar continuidad a sus trabajos

Susana Martín
07/02/2015
 Actualizado a 13/09/2019
Representantes sindicales y empleados de Everest, ayer durante su comparecencia en León. | PEIO GARCÍA (ICAL)
Representantes sindicales y empleados de Everest, ayer durante su comparecencia en León. | PEIO GARCÍA (ICAL)
«Una pequeña luz que esperamos que se convierta en realidad, un parche que podría traer consigo una solución». Así ven los trabajadores de la editorial Everest, que atraviesa la situación más delicada de su historia, la posibilidad de que la Junta conceda a su compañía el crédito de 3,2 millones de euros que acaba de solicitar para luchar por su supervivencia. Un dinero que la empresa leonesa devolvería en 6 meses y destinaría al pago de las cantidades que adeuda a los 320 trabajadores de su plantilla –dos nóminas y dos extras– y al pago de proveedores para poder empezar a trabajar.

Representantes sindicales y empleados de Everest comparecieron este viernes para mostrar su confianza en que toda la documentación solicitada por el consejero Villanueva esté correcta y el Gobierno regional conceda «lo antes posible el crédito» para el que han presentado avales y garantías que multiplican por 11 la cuantía solicitada. «El compromiso era que una vez que recibieran la documentación convocarían una comisión de urgencia», explicó el presidente del comité de empresa, Enrique Reguero, que reconoce que estos días han vivido momentos de decepción, «pero también de luz, una pequeña esperanza».

Los trabajadores de Everest no descartan convocar nuevas medidas de presión la próxima semana. «No vamos a descansar», advierten Pese a que Everest asegura en un comunicado que «no hay nada concreto sobre la entrada de algún inversor en el grupo», a los representantes de los trabajadores «les consta» el interés mostrado por al menos cuatro grupos de capital riesgo y dos editoriales. «Estas dos últimas, una de ellas una multinacional, habrían quedado ya descartadas porque su interés sería desmantelar la compañía», explicó ayer Reguero, que detalló que el nuevo inversor tendría que aportar la misma cuantía que ahora se pide a la Junta (3,2 millones) para poder así dar continuidad a los trabajos de la editorial.

Los trabajadores, que este viernes por la tarde celebraron una nueva asamblea, exigen que quien vaya a invertir en la empresa leonesa «lo haga manteniendo a toda la actual plantilla y la sede de la editorial en León».

El próximo lunes, los trabajadores participan en una nueva reunión sobre  el ERE y tienens previsto llevar a cabo otra asamblea. «No vamos a descansar», advierten, y no descartan emprender nuevas medidas de presión. De momento, confían en que la próxima semana la Junta diga algo, «para bien o para mal».
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