La Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio ha remitido a las partes interesadas la declaración de desistimiento de la solicitud de autorización ambiental presentada por la Sociedad Pública de Infraestructura y Medio Ambiente de Castilla y León (Somacyl) para el proyecto de una planta de producción de biometano a partir de la digestión anaerobia de residuos orgánicos en el barrio de Puente Castro de León. En la orden de declaración se añade que la misma será publicada en el Boletín Oficial de Castilla y León (Bocyl).
El desistimiento fue notificado el pasado jueves, según informa Ecologistas en Acción, que añade que esta decisión no debe frenar la protesta ciudadana que encabezan los vecinos del sur de León “porque en términos económicos, funcionales y ambientales, la central térmica de biomasa es tanto o más inviable que la planta de biogás”.
A su juicio, el desistimiento supone una modificación sustancial del Proyecto Regional, instrumento de ordenación que la Junta ha puesto a disposición de Somacyl. La central de biomasa, explican, es una gran instalación de combustión de 88 MW (megavatios) de potencia total que se alimentará con 128.000 toneladas anuales de astillas de chopo, pino, roble y encina de procedencia desconocida. Así consta, detallan, en la autorización ambiental publicada en el Bocyl.
La central térmica, una vez construida, señalan, podría funcionar como una incineradora usando combustibles derivados de residuos (CDR), pellets obtenidos a partir de la fracción de rechazo de los residuos sólidos urbanos que acaban en vertedero y que suponen combustible mucho más barato y abundante que puede reemplazar como alternativa a la biomasa forestal. La posibilidad, apuntan, “no es descabellada si se tiene en cuenta la apuesta de Somacyl por la incineración de residuos, que se materializa en el convenio que actualmente negocia con los gestores de los centros de tratamiento de residuos de toda la Comunidad, con vistas a su gestión en una macro-incineradora cuya ubicación aún no está decidida”.
Ecologistas en Acción afirma que la central térmica autorizada en Puente Castro supondrá “la fuente más importante de contaminación atmosférica del municipio”, situada a menos de un kilómetro de viviendas del barrio de La Lastra, Puente Castro, Trobajo del Cerecedo, a unos 500 metros de Santa Olaja de La Ribera y a poco más de un kilómetro de Vilecha. Pero, matizan, “la contaminación no distingue barrios y las altas concentraciones de contaminantes peligrosos, asociados a la combustión de biomasa como el cancerígeno benzopireno, se dispersarán con el viento por todo el municipio”.
Por ello, hacen un llamamiento a los vecinos de León y apelan en primer lugar a la solidaridad de los residentes en los barrios de Eras de Renueva, Cantamilanos y Navatejera, “que sufrieron esta amenaza hace años y pudieron librarse de una instalación de estas características cerca de sus casas”.
La central de biomasa y red de calor, señalan, es “un proyecto obsoleto, insostenible y que sólo beneficiará a las empresas vinculadas a Somacyl que resulten adjudicatarias de las obras. La ciudad perderá el Soto de Santa Olaja, suelo rústico de protección natural que el Ayuntamiento debería habilitar como zona de esparcimiento”. Se trata de terrenos de dominio público que, “de manera fraudulenta, el Ayuntamiento ha cedido a Somacyl para implantar unos proyectos que aumentarán la deuda municipal”. “La pagaremos entre todos y sufriremos durante años las molestias de obras interminables en nuestras calles: apertura de zanjas para alojar unas canalizaciones de agua caliente cuya demanda, a día de hoy, se desconoce”, concluyen.