"Hoy se borra el objetivo de sus asesinos: el silencio y el olvido"

Marcelino Quintano y Urbano González, asesinados en 1936, recibieron este domingo sepultura en Valencia de Don Juan después de que sus restos fueran entregados a sus familiares en un acto cargado de emociones y recuerdos

25/09/2023
 Actualizado a 25/09/2023
La ARMH entregó los restos a los familiares. | PEIO GARCÍA (ICAL)
La ARMH entregó los restos a los familiares. | PEIO GARCÍA (ICAL)

"Este acto hace que definitivamente no se cumpla el objetivo de los asesinos de Marcelino y Urbano, que no era otro que borrar su recuerdo, su memoria, su ideología. Ahora sigue vivo su ejemplo. Han vuelto para descansar para siempre en su pueblo, al lado de los suyos". Fueron palabras del historiador coyantino Javier Revilla en el acto de entrega de los restos de Marcelino Quintano y Urbano González a sus familiares. Los dos habían sido asesinados en 1936 y enterrados en una fosa común en el cementerio de la localidad leonesa de Villadangos del Páramo, de donde fueron exhumados por la ARMH, junto a otros, y posteriormente identificados. 


El acto se celebró en la mañana de este domingo, recibidos los numerosos asistentes por el alcalde de Valencia, Ricardo Barrientos, y con breves intervenciones del citado Revilla, la periodista Olga Rodríguez —cuyo abuelo es otro desaparecido en la fosa—, Emilio Silva, en nombre de la ARMH y algunos de los familiares que recibieron los restos, los que pudieron pues a algunos les pudo la emoción del momento después de la larga espera, de décadas de espera, casi un siglo, lo que hizo que muchos otros no hayan podido estar en este acto de justicia y, en cierto modo, reparación.


Precisamente en los que murieron esperando este momento se centró Javier Revilla, como ejemplo de la crueldad de lo sufrido. "No puedo olvidar a Melchora González, la entrañable Chora, hermana de Urbano, a la que daba sentido a su vida buscar a su hermano y falleció pocas semanas antes de ser identificado. Hoy, al fin, van a descansar juntos dentro de unos momentos".

 
Se fijó posteriormente Revilla en otros dos ausentes, "Nines, sobrino de Marcelino, y Pepe Guayo, hijo de Víctor Pérez, otro de los que estaba en la fosa, aún sin identificar. Me acuerdo de ellos por algo que tienen en común y me parece muy significativo, eran sobrino e hijo de dos asesinados por ser concejales socialistas en Valencia en 1936 y ellos dos se presentaron a las primeras elecciones democráticas, en 1979, en la candidatura de Pérez Ruiz y fueron concejales socialistas; sin miedo, pese a que el fin de la dictadura estaba aún muy cercana y no era la situación de hoy". 


Y cerró los recuerdos con Josefa, para ilustrar cómo estas familias fueron encontrando piedras en el camino. "Era hija de uno de los seis coyantinos en la fosa y hace como unos veinte años tuvo la ilusión de recuperar sus restos... pero fue cuando se amplió el cementerio de Villadangos y se frustró aquella esperanza, hasta el punto de que murió convencida de que sería imposible lo que hoy, aquí, está siendo posible. Ella estaría agradecida al ver que se cerraba un trauma que también han sufrido muchos otros".


Los más emocionados de este acto eran los familiares que iban a recibir los restos de los exhumados e identificados. María Quintano, nieta de  Marcelino, reconocía que es «un contraste de sensaciones, emoción, agradecimiento, sensación de justicia y reconocimiento, alivio a tanta espera y tristeza, por tantas cosas; en mi caso especialmente por el recuerdo de mi padre, tantos años con la esperanza de encontrar al abuelo, su padre, y falleció en los primeros meses del Covid, sin saber que pronto identificarían a su padre y nos lo devolverían. Aquellos tiempos duros de la pandemia nos impidieron despedirle como nos hubiera gustado, por eso ayer fue muy emotivo cuando ya la intimidad familiar, después del acto, pudimos reunir los restos de los dos. Es una sensación de alivio envuelta en mucho dolor por los recuerdos».


Y María Quintano nos habla de un anhelo: "Espero que este acto y todo lo que significa sirva de consuelo y esperanza a tantas otras familias que todavía tienen a sus seres queridos en fosas o cunetas". 

 

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