Habíamos disfrutado de una semana por Nápoles, Pompeya, Capri y la Costa Amalfitana. Sólo unas horas después de la fumata blanca llegamos a Roma. Estos tres últimos días hemos podido comprobar "la maravillosa locura" que está viviendo esta ciudad.
Las calles están abarrotadas de turistas de todo el mundo, el sonido de las bandas de música alegra el ambiente, las terrazas al completo. Roma sigue siendo un Amor, pero este Año Santo y la llegada del nuevo Papa ha duplicado su aforo. Todos coincidimos en que es otra Roma.
Para nosotros ha sido un día especial. Hace seis meses que habiamos marcado esta fecha para ganar el jubileo, pero nunca imaginamos tener esta suerte. Después de la misa en la basílica de San Pedro a las 10:30, salimos a la plaza que era la noticia y el centro de de atención en las televisiones de todo el mundo. "Nunca vamos a olvidar ese momento".
Entre la multitud que pudo recibir la primera bendición "Urbi et Orbi" del nuevo Papa León XIV, se encontraba un nutrido grupo de profesores leoneses que descubrió a un ser cercano y sereno, sencillo y preciso en sus palabras, preocupado por los problemas actuales de la humanidad, principalmente por las guerras actuales y las posibles del futuro, con un enérgico ruego de "no más guerras", que el enorme gentío aclamó con unánime y caluroso aplauso.
Esa fue la mejor guinda de un viaje inolvidable.