Meter toda una vida en una maleta para marchar, llegar o regresar. Son muchas las personas que deciden cambiar de aires por circunstancias familiares o en busca de un cambio laboral con mejores oportunidades de futuro. Se trata de una circunstancia social que se traduce en números gracias a la estadística de migraciones y cambios de residencia que anualmente publica el INE. Y si examinamos la de 2024, publicada este jueves, el principal titular es que el padrón de los diferentes municipios de la provincia de León ganó 4.739 habitantes gracias a las variaciones residenciales, puesto que se registraron 14.642 altas y 9.903 bajas.
Es el séptimo año consecutivo en el que el saldo migratorio es positivo y por lo tanto el balance no deja pérdida demográfica, es decir, que mucha gente emigra en busca de un puesto de trabajo, pero son más los que llegan con el mismo objetivo en nuestra provincia.
Concretamente, la estadística cifra en un total de 7.735 las altas interiores (personas procedentes de otras provincias del territorio nacional) y en 6.907 las referidas a quienes llegaron desde otros países. De todo ello se concluye que durante el pasado año se trasladaron a vivir a vivir a tierras leonesas 14.642 personas.
En cuanto a las bajas, los datos reflejan que 7.160 fueron interiores (personas que cambiaron de residencia a otras provincias españolas) y 2.743 fueron exteriores, es decir, gente que emigró a otros países. En definitiva, fueron 9.903 las personas que el pasado año hicieron las maletas para dejar la provincia en busca de mejores oportunidades laborales. Son 4.739 menos de las que llegaron.
En todo caso, el comportamiento del saldo migratorio –pese a ser positivo en ambos casos– lo es mucho más si tenemos en cuenta los datos exteriores (+4.164) que los interiores (+575). Además, según la nacionalidad de quienes cambian de residencia, el saldo es de 390 entre los españoles (98 en el caso de las migraciones exteriores 292 en las interiores) y de 4.349 en el caso de los extranjeros (4.066 en el caso de las migraciones exteriores y 283 de las interiores).
En definitiva, todo ello significa que la llegada de población extranjera está contribuyendo en gran medida a amortiguar de alguna manera la sangría demográfica de nuestra provincia.
Análisis por edades
Si tenemos en cuenta la edad de quienes variaron su lugar de residencia durante el pasado año, cabe destacar que la franja con más movilidad hacia otras provincias españolas fue la de quienes tienen entre 25 y 34 años. Fueron un total de 1.937 y su objetivo sería buscar más y mejores oportunidades laborales que las que ofrece actualmente León. La franja de entre 35 y 44 años se sitúa justo por detrás (1.323) y ambas incluyen a la gente con mayor potencial desde el punto de vista de la generación de actividad económica. Y también son estas franjas de edad las que protagonizan las llegadas de personas desde otras provincias. Fueron concretamente 2.117 de entre 25 y 34 años y 1.274 de entre 35 y 44 años de edad.
También hay que tener en cuenta que llegaron el año pasado a la provincia un total de 1.063 personas de 65 o más años, muchos de los cuales tendrían como objetivo el regreso a su tierra natal después de haber trabajado fuera.
Destinos y procedencias
En cuanto a las provincias españolas a las que más emigraron el año pasado los leoneses, destacan Madrid (1.440), Asturias (763), Valladolid (424), Barcelona (346), La Coruña (254), Zamora (223), Valencia (203) y Alicante (194).
Mientras, las provincias de procedencia más habituales de quienes se instalaron en la provincia de León fueron Madrid (1.498), Asturias (716), Barcelona (545), Valladolid (350), Zamora (247), Baleares (233), La Coruña (197), Valencia (196), Pontevedra (192), Orense (191) Alicante (175), Cantabria (166), Las Palmas (162), Salamanca (161), Bizkaia (155) y Palencia (155).
Movimiento natural de población
De todo ello se deduce que la sangría demográfica de la provincia no es un problema migratorio, sino vegetativo, de movimiento natural de la población. Y ello se traduce fundamentalmente en que durante el pasado año nacieron 1.999 bebés en la provincia –lo que supuso un nuevo mínimo en una serie histórica que arranca en 1975– y murieron 6.087 personas, lo o que deja un saldo negativo de 4.088.