El Consejo Comarcal apuesta por la convivencia de industria y agroalimentación

El presidente de la institución Gerardo Álvarez Courel, cree que ambas industrias deben complementarse para el desarrollo del Bierzo

Alejandro Cardenal
11/07/2016
 Actualizado a 02/09/2019
Imagen de archivo de la Feria del Pimiento del Bierzo que se celebra en Carracedelo. | CÉSAR SÁNCHEZ (ICAL)
Imagen de archivo de la Feria del Pimiento del Bierzo que se celebra en Carracedelo. | CÉSAR SÁNCHEZ (ICAL)
En plena celebración de su XXV aniversario, el Consejo Comarcal del Bierzo no tira la toalla y apuesta por la convivencia de los sectores que tradicionalmente han tirado de la economía berciana y los que están llamados a ser los nuevos motores de desarrollo de la comarca.

«Es indudable que tenemos un sector agroalimentario muy potente, pero no debe ser un sustituto del industrial, sino un complemento», aseguró ayer el presidente de la institución, Gerardo Álvarez Courel, que se reunió en Cacabelos con los representantes de los sellos de calidad del Bierzo.

A pesar del florecimiento y expansión tanto a nivel nacional como internacional de productos típicos del Bierzo, con el vino como principal abanderado, la institución no quiere abandonar a su suerte la minería, la construcción o la pizarra, una postura que ha ratificado con medidas como la propuesta en defensa del carbón y del sector energético aprobada con el apoyo de todos los grupos y la abstención de Ciudadanos. Así, el Consejo quiere apostar por un carbón menos contaminante medioambientalmente que sea rentable y esquive el cierre acordado en Bruselas.

Aunque el futuro del carbón es oscuro, en el sector agroalimentario, las iniciativas de colaboración están empezando a dar sus frutos. Gran parte de los sellos de calidad destacan el aumento de la producción y de la venta de sus productos, siendo el Banco de Tierras del Consejo Comarcal una de las claves.

Así, la Indicación Geográfica Protegida (IGP) del Pimiento Asado del Bierzo ha estado a punto de doblar el número de agricultores dedicados al cultivo de su producto, pasado de 27 a 38 y de 9 a 15 hectáreas de plantación.

A pesar del notable incremento, los transformadores siguen necesitando materia prima y aseguran que aceptarán todo el pimiento que se cultive, por lo que se prevé un crecimiento sostenido de hectáreas cultivadas y agricultores a corto plazo.

También se consolida el consumo del botillo fuera de sus ‘fronteras naturales’. Terminar de conseguir la desestacionalización del embutido rey y asemejarlo a la fabada o la sidra asturiana, fomentando que este en las cartas durante todo el año para turistas y visitantes, es el objetivo.
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