Podría decirse que el Nazareno, Morante de la Puebla y la Cultural es su particular trinidad. Son los tres ejes alrededor de los que gira su vida y pobre del que se aventure a ordenarlos por nivel de importancia. Ni él los sabría colocar. Pero una cosa sí que tiene clara: frente al Jubileo de las Cofradías y frente a ver y a pujar el Nazareno -su Nazareno- en Roma no puede nada.
Jorge Belinchón estudia Derecho en la Universidad de Salamanca y la odisea que ha tenido que atravesar para estar presente estos días en la Ciudad Eterna no es baladí. Todo lo contrario. Es de esas locuras que hay que hacer una vez en la vida y la ocasión lo merecía: no se presentará a dos exámenes de la carrera y el martes tuvo que desperdiciar un vuelo ya comprado para no sumar otro examen más a la lista. «Tenía pensado volar desde Madrid el martes, había comprado ya los billetes y me pusieron un examen de Procesal esa misma mañana, que sí que lo hice y perdí ese vuelo. También me pusieron otros dos de Sindical y Mercantil hoy, que obviamente no los he hecho», cuenta Jorge mientras recuerda lo que le costó cuadrar nuevamente los vuelos para acabar saliendo el martes por la tarde desde Avilés.
Pero ahí no acaba la cosa. El próximo lunes, 19 de mayo, empieza sus exámenes finales: «Tengo cinco exámenes finales en la siguiente semana y media, pero es que convocatorias hay dos y el Nazareno en Roma solo es una vez», apostilla humorísticamente.
“Va a ser un honor poner al Nazareno a la altura que se merece y que algunos han tratado de negarle”
Proviene de una familia cofrade en general y de Jesús en particular. Muy en particular. Es la devoción que centra, sobre todo, la rama paterna, de ahí que su padre, Pedro, omitiese expresar cualquier opinión al respecto cuando se enteró que perdería dos exámenes: «Él me dijo que no quería saber nada y mi madre que yo sabía lo que hacía y que apretase después para compensarlo». Ante el Nazareno poco se puede hacer y sus progenitores son los primeros en saberlo: «Con permiso de la Virgen de las Angustias, Él lo puede todo y aunque parezca un tópico en verdad no lo es, porque estar aquí acompañándole no hay dinero que lo pague», dice.
Amén de los exámenes perdidos, las cábalas que se hacían en León con la Cultural cuando Jorge compró los billetes eran muy halagüeñas y muy lejanas de lo que han acabado siendo. Por entonces, las cuentas culturalistas tenían marcado en rojo el partido en Ourense para ascender o, si no, la siguiente semana contra el Barakaldo, el pasado sábado, 10 de mayo. «Pensaba que a este partido en Ponferrada íbamos a llegar ascendidos, pero pequé un poco de corazón y al final no ha sido así», reconoce. Se le hace duro perderse el derbi y todo lo que puede conllevar -que explica que es «muy complicado que se vuelvan a dar estas circunstancias» de subir allí-, pero no hay mal que por bien no venga. «Poniéndolo en comparativa y lo que significa, tenía que estar aquí en Roma con mi principal devoción», añade al otro lado del teléfono mientras se toma un gelato de vainilla y tiramisú en su primer día en el país italiano.
Allí, en Italia, no está solo. Acompaña a su padre, Pedro Belinchón, que tiene gran parte de culpa en la devoción que Jorge profesa por el ‘Señor de León’. «Estar con él lo hace más especial aún, entre otras cosas porque haber venido es un esfuerzo enorme», comenta. Sin embargo, echa en falta a sus dos abuelos, en especial al paterno: «Parte de mi devoción viene también de él».
Es una semana para la historia. Nuestro Padre Jesús Nazareno llevará el sentimiento cofrade leonés a Roma, donde estará arropado por centenares de leoneses que, como Jorge, han dejado de lado sus trabajos y estudios para acompañar a la talla señera de la ciudad. Mañana, desde las 9:30 hasta las 20:00 horas, estará expuesto al culto en la Basílica de Sant Andrea della Valle, ubicación donde tendrá lugar un concierto a cargo de su agrupación musical a las 11:00.