«Abandonados» y «sin ayuda» es como se sintieron los vecinos de Castrocalbón durante el incendio forestal que se originó el pasado 11 de agosto y que se llevó prácticamente todo el colorido natural de su paisaje para teñirlo de negro y que, si no llega ser por dichos propios vecinos que desoyeron las órdenes de evacuación y realizaron labores de extinción por distintas zonas del pueblo, habrían quedado muchas más viviendas calcinadas de las que lamentan que se han perdido en la zona de El Barrio de Arriba.
Un barrio que ha quedado totalmente devastado con hasta diez casas calcinadas por un fuego que era «imparable», tal y como relatan algunos de los vecinos de la zona una semana después, que aseguran que los pocos que se quedaron para sofocar el incendio no pudieron hacer nada para frenar las llamas.

Una tragedia inesperada que le ha tocado sufrir en sus carnes a María Josefina tras más de 30 años viviendo bajo un techo que ya no está porque se lo llevó con enorme virulencia el fuego que ha dejado su casa arrasada. Con mascarilla de protección, para protegerse del humo, y junto con el apoyo de su hija y de algún otro vecino, se afanaba este lunes en intentar recuperar algún recuerdo entre todos los escombros. «Llevaba más de 30 años viviendo aquí y ahora no tengo nada», lamenta la vecina de El Barrio de Arriba de Castrocalbón, que asegura que «me he quedado sin mis recuerdos de toda la vida».
La propia María Josefina explica que «cuando el lunes vimos una fuerte columna de humo que venía del otro lado del río y hubo órdenes de evacuar, mi hija me dijo de marchar a un piso que tenemos en León para salvaguardarnos del humo por la noche y volver al día siguiente, pero ya no nos dejaron volver». «Lo que más lamento y más me ha indignado es que no pude volver mientras veía en redes sociales y en los medios vídeos de mi casa llena de llamas», critica, a la par que reprocha: «nadie vino a salvar mi casa, la dejaron arder como si nada porque los vecinos que se quedaron no tenían medios suficientes para apagar las llamas».

Visiblemente afectada, confiesa que es una situación «devastadora» y reclama a las administraciones una intervención «urgente» porque reitera que «era la casa de mis padres, que la había reformado hasta tres veces para vivir aquí felizmente y ahora ya no tengo nada».
«Yo tenía claro que no me iba»
En serio peligro de ver arder su vivienda también se encontraron muchos vecinos del municipio de la Valdería, que desatendiendo las órdenes de evacuación lograron frenar el incendio prácticamente a los pies de sus casas, tanto en la zona del Palacio como en la del valle donde todo está el terreno calcinado. Es el caso de Eduardo, un joven que trabaja en Mallorca, pero que vino a pasar las vacaciones a su pueblo y que para nada se esperaba tener que vivir esta situación límite en su periodo vacacional de tener que cambiar la pistola de agua con la que se refrescaba hace unos días en el festival Valle Vivo por una mochila pulverizadora para salvar su pueblo. «Las llamas quedaron prácticamente a un metro de mi casa», como señala este joven desde lo alto de la zona del Palacio, donde asegura que estuvo durante buena parte del lunes realizando labores de extinción para que el fuego no llegará a las casas y colaborando con los medios de extinción para decirles donde tenía que rociar el agua.

De hecho, Eduardo sostiene que «afortunadamente el viento soplaba en dirección contraria a las casas, porque sino creo que hubiera sido insostenible evitar que las llamas llegasen por la velocidad a la que se quemaba todo».
Una labor de Eduardo que, al caminar junto a él por la calle, se hacía palpable por muchos de los vecinos que se acercaban a saludarle y agradecerle su esfuerzo, puesto que uno de los vecinos que se acercó afirmó que: «si no es por él, se quema todo». En cambio, humildemente, Eduardo reconoce que «yo tenía claro que no me iba y que tenía que estar aquí ayudando en lo que hiciese en falta al igual que hicieron otros muchos vecinos». «Si no llega a ser por el esfuerzo de los vecinos, probablemente nos hubiéramos quedado sin la mitad de pueblo», concluyó.
