Cuatro condenados por las lesiones de un encofrador que trabajaba en las obras de la A-60 en Santas Martas

Las empresas han tenido que abonar 200.000 euros al trabajador, que resultó herido de gravedad en noviembre de 2009

Ical
20/10/2017
 Actualizado a 16/09/2019
Imagen de las obras de uno de los puentes en la zona del suceso. | MAURICIO PEÑA
Imagen de las obras de uno de los puentes en la zona del suceso. | MAURICIO PEÑA
El Juzgado de lo Penal 2 de León ha condenado a cuatro responsables de la seguridad de los trabajadores, pertenecientes a las empresas Ferrovial Agroman S.A., Compañía de Obras Castillejos S.A. y Asesoría, Proyectos, Dirección Payd Ingenieros S.L., acusados de la comisión de un delito contra los derechos de los trabajadores y un delito de lesiones por imprudencia grave como consecuencia del accidente laboral sufrido por J.M.L.T., un oficial de segunda enconfrador, el 10 de noviembre de 2009 cuando se encontraba trabajando en las obras de la autovía A-60 entre León y Valladolid en la localidad de Santas Martas (León).

La sentencia, tramitada por los servicios jurídicos del Defensor del Accidentado, condenó a estas empresas al pago de 200.000 euros, después de que los condenados reconocieran su participación en los hechos al no haber cumplido con sus obligaciones en materia de prevención de riesgos laborales, lo que provocó el accidente del trabajador. J.M.L.T., vecino de Mayorga de Campos (Valladolid) ingresó en el servicio de Urgencias del Complejo Asistencial de León con pronóstico grave como consecuencia de un traumatismo craneoencefálico, fractura malar, contusión cervical, fractura abierta del tercio distal del radio izquierdo y fractura abierta tercio distal del radio derecho.

Los hechos tuvieron lugar en torno a las 18 horas del 10 de noviembre de 2009 cuando el accidentado estaba trabajando en altura, sobre una cimbra, a cuatro metros del suelo y en una plataforma de una sola chapa de 30 centímetros, desmontando unas vigas de madera que sirven de soporte a la parte superior, mientras su compañero las recogía y apilaba. La cimbra, desde la que se precipitó el trabajador accidentado, carecía de escaleras para su acceso y apeo, de tal manera que los trabajadores se veían obligados a trepar por la estructura de travesaños diagonales de la torre hasta llegar al lugar efectivo de desempeño de la labor.

Finalizada la jornada de trabajo, el operario comenzó a descender de la estructura apoyándose en los travesaños diagonales, de tal forma que cuando se apoyó en uno de ellos al echarse hacia atrás la barra de la estructura a la que estaba amarrado, se soltó, precipitándose de bruces al vacío desde una altura de cuatro metros, golpeándose violentamente contra el suelo y provocándole graves lesiones.

El tratamiento de las lesiones requirió de intervención quirúrgica unos días más tarde del accidente y tratamiento farmacológico, ortopédico y rehabilitador durante 263 días y 242 impeditivos, restando secuelas que le han comportado que fuera declarado afecto a una incapacidad permanente total para su profesión habitual.
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