La calculadora del odio en las redes sociales está en León

Las herramientas de monitorización de Scayle miden la relación entre mensajes racistas o contra la comunidad LGTBI y los delitos en la calle

25/05/2025
 Actualizado a 25/05/2025
Supercomputadores de Scayle y el investigador Carlos Arcila Calderón. | L.N.C.
Supercomputadores de Scayle y el investigador Carlos Arcila Calderón. | L.N.C.

La Real Academia Española (RAE) añadió hace algunos años la palabra trol para definir una realidad que, más si cabe desde entonces, no ha parado de crecer en redes sociales. Para cuantificar estos usuarios y, sobre todo, los mensajes de odio por los que estos se caracterizan es necesaria una ingente labor de monitorización tecnológica que se lleva a cabo desde la ciudad de León.


Estas tareas de rastreo de los discursos de odio en redes sociales se realizan, más concretamente, desde el Centro de Supercomputación de Castilla y León (Scayle), ubicado en el Campus de Vegazana de la Universidad de León. La iniciativa de emplear esta tecnología leonesa de carácter puntero partió de un grupo de investigadores salmantinos que, recientemente, han publicado los resultados de un estudio sobre la correlación entre el número de mensajes de odio en el entorno virtual y los delitos físicos a personas de minorías raciales o de la comunidad LGTBI.


Carlos Arcila Calderón, investigador principal de este estudio y miembro del Observatorio de Contenidos Audiovisuales de la Universidad de Salamanca, explica que la colaboración con Scayle comenzó hace años. De hecho, su equipo visitó los supercomputadores de León para reunirse con sus responsables y ver cómo colaborar para monitorizar los discursos de odio en redes sociales.


Concretamente, el estudio se ha centrado en los mensajes publicados durante tres años en X, antes conocida como Twitter, y en Facebook. Un volumen inabarcable de trabajo que solo ha sido posible que cristalizase en el informe recientemente publicado gracias a la tecnología con sello leonés de Scayle. «Encontramos una correlación temporal significativa entre el número de mensajes tóxicos o de odio y las denuncias en las comisarías de Policía de toda España por LGTBI-fobia o xenofobia. Si aumenta una, lo hace también la otra», apunta Arcila Calderón a este periódico.


En todo caso, más que un «patrón de causalidad», lo que lo que los investigadores han detectado gracias a los cálculos realizados en León es que hay un peligroso «caldo de cultivo» en X y Facebook. «Cuando esos discursos se calientan en redes sociales, aumentan los delitos unos días o semanas después», indica el investigador principal del estudio.


Estos resultados sustentan los de otros estudios similares realizados en Estados Unidos y Alemania. Además, según Arcila Calderón, determinados eventos mediáticos también ejercen como variables. En este sentido, aunque el informe generado en base a los datos analizados en León no lo mida, la polarización política podría favorecer este tipo de delitos.


Un modelo para predecir ataques


En su vertiente más práctica, el estudio ha servido para generar una serie de modelos predictivos que puedan anticipar «hasta qué punto van a aumentar o no» las denuncias por ataques y delitos de odio. Esta herramienta de utilidad ha sido posible gracias al trabajo analítico y de «cálculo científico» de Scayle en León, que clasifica los mensajes tóxicos y los que fomentan el odio hacia minorías raciales o personas LGTBI.

Una de las conclusiones de la investigación es que el "caldo de cultivo" en redes sociales provoca más actos delictivos

Según explica Arcila Calderón, desde el Campus de Vegazana se les ayuda con sus «máquinas virtuales para la recolección de datos y otras especializadas para generar estos modelos». «Nosotros mandamos el trabajo de manera remota a León y ellos nos devuelven los resultados», comenta el investigador.


De igual manera, el responsable del estudio advierte que el trol que tuitea o cuelga una publicación en Facebook de tipo racista o insultando a personas homosexuales no siempre es quien también comete finalmente el delito. La monitorización que se hace de los mensajes de estos usuarios no mide tanto la autoría como la creación de ese «ambiente» que propicia las agresiones «en la vida real».


Más delitos de odio en la provincia


De hecho, según los datos presentados por el Ministerio del Interior hace solo unos meses, los delitos de odio se están disparando en la provincia de León. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado investigaron el pasado 2023 un total de 23 infracciones penales e incidentes a causa de la raza o la orientación sexual de una persona, en un registro que duplica las cifras de 2022.


Esos 23 delitos de odio suponen el dato más elevado de la última década en la provincia leonesa. Algo que, según el estudio de Arcila Calderón y su equipo, tendría una relación directa con ese «caldo de cultivo» que parte de las redes sociales. De hecho, el racismo y la orientación sexual o la identidad de género constituyen las principales tipologías de este tipo de actos delictivos en León.


Cuentas automatizadas


Por su parte, Arcila Calderón apunta a un «análisis manual», basado en «la literatura científica y en el sentido común», para establecer el perfil del trol y advertir del rol que juegan las cuentas automatizadas en X o Facebook al favorecer «los bulos y la desinformación». «Este estudio no lo tiene en cuenta, pero en el futuro otros sí que deberían ir por esa línea», valora el autor principal del informe sobre delitos de odio y redes sociales.


Sin la «monitorización estable y la capacidad de cálculo para el análisis de los contenidos en redes sociales» que aporta Scayle desde León, tal y como reconocen los investigadores salmantinos, este estudio no hubiera sido posible. Esta calculadora del odio en redes sociales con sede en el Campus de Vegazana seguirá, así, haciendo una labor silenciosa para ir entendiendo cada vez un poco mejor cómo funciona la desinformación y ayudar, en consecuencia, a prevenir los ataques a minorías sociales.
 

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