Aunque puedan parecer un elemento un tanto anacrónico en el paisaje hostelero de la provincia, las tragaperras se encuentran cada vez más lejos de desaparecer de los bares de León. Después de años en los que su presencia se estaba reduciendo, la pandemia del Covid supuso un punto de inflexión, al menos en territorio leonés, hasta el punto de que ya se encadena un lustro de tendencia al alza en el número de negocios de hostelería con al menos una máquina de este tipo.
En el último trimestre de 2025 son más de 3.500 bares, restaurantes, discotecas y otros locales con tragaperras en la provincia leonesa. Concretamente, 3.532 establecimientos, 120 más que los que había el año pasado.
En todo caso, esta preocupante ‘buena racha’ de León con las tragaperras se mantiene constante en lo que va de década y la provincia ha sumado en los últimos cinco años más de 200 locales de hostelería con máquinas. De hecho, el terreno perdido por este tipo de juego se ha recuperado hasta el punto de que ya se sitúa en los mismos niveles que hace una década.

León es, con diferencia, la provincia de la comunidad autónoma con mayor número de locales de hostelería con tragaperras y con mayor peso en el sector del juego. De hecho, Valladolid y Salamanca completarían este podio autonómico de dudoso honor sin llegar a la barrera de los 3.000 establecimientos con máquinas. A continuación, aparecería Burgos, con algo menos de 2.300 locales, y el resto de demarcaciones ya se moverían en niveles más discretos, con Palencia, Segovia y Soria por debajo del millar.
La Junta contabiliza más de 3.500 locales de hostelería en la provincia que tienen al menos una tragaperras
Además de los 3.532 establecimientos hosteleros con tragaperras, las estadísticas de la Junta de Castilla y León contabilizan en la provincia leonesa 17 salones de juego, tres bingos y un casino. A estos locales habría que añadir, de igual manera, 23 casas de apuestas en sus diversas tipologías.
Este alarmante incremento de los bares con tragaperras coincide con un repunte de adicciones al juego en la provincia. Tal y como denuncian desde Proyecto Hombre León, se ha producido en los últimos años un «aumento sustancial» de los casos de ludopatía que están atendiendo, en una dependencia que habitualmente aparece combinada con otros abusos de alcohol o drogas.
En León se ha registrado en los últimos años un "aumento sustancial" de los casos de juego patológico
De esta forma, el número de personas con entrada prohibida a salas de juego no deja de aumentar. Aunque la Junta no tiene publicados datos provincializados al respecto, la evolución en el conjunto de Castilla y León evidencia que es un problema compartido por las nueve demarcaciones.
Las estadísticas actualizadas al presente 2025 cifran en 1.125 el total de castellanos y leoneses que no pueden entrar a establecimientos dedicados al juego. Algo que se debe a problemas de ludopatía y que es cada vez más frecuente en el territorio autonómico.
El millar de prohibiciones se alcanzó en 2022 y en la última década el incremento de personas con problemas con el juego ha sido prácticamente imparable. De hecho, el número de castellanos y leoneses que no pueden acceder a estos locales encadena siete años al alza.
La publicación el año pasado del ‘Informe sobre adicciones comportamentales y otros trastornos adictivos’, elaborado por el Ministerio de Sanidad, apuntaba a que el 1,4 por ciento de la población de 15 a 64 años muestra comportamientos de juego problemático, aumentando hasta el 2,2 por ciento entre los hombres y reduciéndose a la mitad entre las mujeres. Este riesgo se incrementa de forma considerable entre quienes apuestan de manera online.

Sin embargo, en consonancia con lo que opinan desde Proyecto Hombre León, este informe ministerial también refleja que existe una mayor concienciación en la sociedad respecto a la necesidad de tratar el juego patológico de manera especializada. De hecho, sería la «adicción comportamental que con diferencia más admisiones a tratamiento genera».
Todas las tragaperras parecen ser ‘con avances’ en León. El alarmante incremento de los problemas con el juego obliga a las administraciones públicas a replantear la manera en que atajar un problema social de notable magnitud.