En el centro de León las agujas de Víctor Colado y Sergio Abril sisean entre el metálico perfume de tinta impregnada con alguna que otra gota de sangre. Dos tatuadores de estilos muy diferentes movidos por su pasión común a un oficio que desempeñan en el estudio All Street y que son los únicos dos leoneses participantes en el proyecto solidario.


No obstante, “la cuarentena ha sido mala para todo el mundo y para cualquier autónomo, porque hemos estado sin trabajar, pero hemos seguido pagando recibos”, lamenta Sergio, al tiempo que celebra “haber podido remontar un poco una vez que se ha podido volver a trabajar”.
Sobre su aportación al proyecto Obnoxia, el artista leonés recuerda que “cada artista teníamos que hacer una lámina de lo que representaba esta situación para nosotros”, por lo que él decidió plantear a “una mujer como la diosa Natura, con una balanza que tiene un lado unas calaveras que representan la muerte y en el otro un planeta, con lo que quiero dar a entender que el virus es un escarmiento de la naturaleza, porque el ser humano está maltratando el planeta y él nos está dando un escarmiento”.
Ideas bajo pandemia
El proyecto ‘Obnoxia, ideas bajo pandemia’ nació de la mano de los tatuadores e ilustradores Isaac Mahow, Koan, Saurus, Rude, Trudy Muller y Hosk Rodríguez, quien explica que “llevábamos mucho tiempo queriendo juntar a varios amigos y hacer un libro, porque muchos de nosotros somos tatuadores y con el trabajo no tienes tiempo para hacer nada artístico para ti”.

El ‘leitmotiv’ era claro: ver cómo cada artista reflejaba su visión sobre lo que estaba pasando por culpa del coronavirus, para lo que empezaron avisando a sus amigos y conocidos, pero el proyecto pasó de boca en boca hasta que “a partir de tener ya a 80 personas empezó a llegar el alubión de gente interesada y era imposible pararlo”, por lo que ampliaron la cifra a 150, todos ellos “relacionados entre sí, porque hay gente que admiras y resulta que los conoce un colega tuyo y, en una reacción en cadena, en una semana los juntamos a todos” hasta obtener como resultado final un “libro-joya de más de 300 páginas y 1,8 kilos”, editado por la editorial independiente Black Bible Books.
En él, cada artista dispone de dos páginas en las que, con total libertad, plasman una ilustración a página completa sobre su visión de la situación, está acompañada un espacio personal en el que cada autor puede expresarse como estime oportuno.
“Pensé que las ilustraciones iban a ser todas bastantes negativas, con cosas como ‘vaya mierda estar aquí’, o que iban a estar llenas de sanitarios, pero la verdad es sí que son muy positivas”, relata Hosk, quien “acostumbrado a que me digan los clientes lo que tengo que hacer” tuvo que hacer cuatro o cinco diseños para quedarse con el definitivo.
Una dificultad que los participantes del proyecto también encontraron a la hora de elegir a dónde donar la recaudación de la venta de los libros. “Queríamos donarlo para material sanitario, pero la venta del libro iba a acabar muy tarde, también pensamos en residencias de ancianos o algo más directo, pero somos de toda España y donarlo a algo en concreto era más complicado, así que vimos que la investigación era lo más ético”, expone.
La cifra de la donación se conocerá en próximas semanas, en el momento en el que acabe la preventa iniciada el pasado 11 de mayo y que concluirá el 10 de junio, habilitada a través de las páginas web de la editorial y de la del propio proyecto. Hasta el momento son unos 800 los ejemplares vendidos, después de que “los dos primeros días que se abrió la venta se saturase la página web de compradores”.