Podría parecer una visita cargada de nostalgia, un viaje a los tiempos en los que había decenas de sastres repartidos por la ciudad que tomaban medidas al personal y confeccionaban después los trajes y vestidos a medida que leoneses y las leonesas paseaban más tarde por la Calle Ancha y las celebraciones importantes. Pero lo cierto es que Almacenes San Froilán, un negocio que nació hace ahora 120 años, tiene mucho presente: “La gente joven sigue cosiendo, mucho más de lo que parece, y vienen aquí a por sus telas o nos las compran por internet”, dice Eva García la actual propietaria de este mítico establecimiento.
Está al frente de Almacenes San Froilán desde 2016. Tres años antes, cambió de ubicación pero se fue justo enfrente de donde atendió durante más de un siglo a los leoneses, siempre en la cuesta de la calle Regidores. Ponciano López fue el que, a partir de los 60, dio al negocio la fama de la que aún presume, y posteriormente su hija, Isabel Paula López.
Satén, algodón, viscosa, pana, brocados, lentejuelas, tul, gasa, mikado, forros, telas de ceremonia, telas religiosas, telas infantiles, tapicería, decoración, cortinas, sábanas, colchas, manteles, loneta, polipiel, chenilla, terciopelo… Es casi infinito lo que se puede encontrar en Almacenes San Froilán, uno de esos negocios que resisten al paso del tiempo y que traen la esperanza de que el comercio puede ser tradicional y al mismo tiempo adaptarse a los nuevos tiempos.