Cuando el AVE llegó a León por primera vez el 29 de septiembre de 2015, la línea tenía tres problemas fundamentales, de los que dos ya están resueltos y uno lo estará próximamente.
El viaje inaugural se realizó entonces sin el sistema de seguridad ERTMS –que se anunció para seis meses después, pero entró en funcionamiento en julio de 2019– y llegó a una estación todavía en fondo de saco, ya que el soterramiento no se abrió hasta septiembre de 2021 pese a que se había comprometido para finales del año 2018.
Esos dos problemas ya están, como decimos, resueltos, pero aún queda pendiente el despliegue de la segunda vía en gran parte del trazado de la línea, algo que el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) comenzó a resolver en abril del año 2023 con la licitación de los primeros contratos.
Después de que el Gobierno anunciase en enero de 2014 su intención de agilizar al máximo las obras de la esperada llegada del AVE a León y adaptarlas además a la disponibilidad presupuestaria de aquel momento (algo que se tradujo fundamentalmente en desarrollar inicialmente una sola vía en varios tramos de la línea), la apertura de la Variante de Pajares hacía necesario retomar la culminación del proyecto para responder al aumento de los servicios ferroviarios y evitar su saturación a largo plazo, cuando se prevé que la liberalización del sector llegue al corredor que se extiende hasta Asturias.
Las claves de la actuación
Y las obras para desplegar esa segunda vía avanzan a buen ritmo, según indicaron este lunes fuentes del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, que indican además que la inversión total será de 95,2 millones de euros (IVA incluido) y que ya está movilizada prácticamente en su totalidad (el calendario que maneja Adif establece que la segunda fase de los trabajos, que comienza este martes, concluirá a finales del mes de septiembre).
Una vez esto ocurra, la línea de alta velocidad ferroviaria entre Palencia y León tendrá doble vía en el 75% de su trazado (85 kilómetros de un total de 114, desde la bifurcación de Las Barreras, a unos 30 kilómetros de Palencia, hasta las proximidades de León). De esta forma, reforzará su fiabilidad y la capacidad para acoger un mayor número de circulaciones ferroviarias con origen y destino en Asturias y León.
Concretamente, las obras consisten en el montaje de la segunda vía y su electrificación, mediante el tendido de todos los elementos que los conforman (balasto, traviesas, carril, postes de catenaria y cableado, entre otros) en un tramo de 41,5 kilómetros que actualmente son de vía única: desde el municipio de Bercianos del Real Camino (en la bifurcación ferroviaria de Las Arenas) hasta unos cinco kilómetros al sur de la ciudad de León, concretamente hasta la bifurcación de Vilecha). Además, se habilita el puesto de adelantamiento y estacionamiento de trenes de Villada –con el despliegue de una segunda vía de apartado y sus conexiones y desvíos– y se construye un nuevo paso superior para peatones y vehículos sobre la línea de alta velocidad y la vía convencional en Trobajo del Cerecedo. El paso, que sustituye al que había hasta ahora, mejora reforzará la integración y permeabilidad del ferrocarril en esta localidad.
Desde su inicio a finales del pasado año, las obras avanzan conforme a lo previsto y ya se ha tendido el lecho de balasto, se han repartido las traviesas por todo el tramo y se ha montado la segunda vía en un tercio de su longitud, lo que supone 14 kilómetros. Además, todos los postes de electrificación están colocados (salvo en viaductos) para, una vez completada la vía, montar la catenaria y el resto de los equipos.
Desde Adif destacan finalmente que las obras de la segunda vía se están llevando a cabo con el reto técnico y de planificación de compatibilizarlas con la circulación ferroviaria, dado que se realizan mayoritariamente en horario nocturno, siguiendo una programación en fases y en coordinación con Renfe, alternando distintas opciones de circulación por el corredor.
