"A cada santo se le debe una vela" dicen los amigos del refranero que, además, quieren hacer valer el principio de igualdad incluso en el santoral, que mira que lo tienen difícil pues nadie se cree que Santa Teresa, es un decir, vaya a figurar en el mismo puesto del ranking queSan Cucufato, es otro decir.
Pero, dándolo por bueno, si a cada santo se le debe una vela a Todos los Santos le corresponde un sinfín de ellas, hasta que se acabe la cera, la parafina y hasta la citronela.
Y si le añades la moda de Halloween, ya ni te cuento, por más que los clásicos de la vela nada quieran saber de la otra fiesta.
Lo de la cera vale, lo explicaría el santoral, aunque sin huir del refranero encontraríamos que «al pasar el río: ¡ay santito mío!; pero ya pasado, santo olvidado» para aquellos que acuden a pedir auxilio cuando se complica el panorama. Pero, ¿y el botijo? ¿en noviembre?
La verdad es que desde que el primo de Rajoy dijo que era imposible saber ni el tiempo que va a hacer mañana los hados se han empeñado en darle la razón, el que manda manda, y hemos cambiado aquel viejo dicho «de que no eres de León si no llevas una chaquetina por si refresca» a llevar un botijo por si el sol se pone atorrante y un paraguas por si se arrepiente.
Ya se sabe, una vela a Dios y la otra al diablo.
Una vela a Dios y otra al diablo
02/11/2016
Actualizado a
09/09/2019

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