Los ángeles de la guarda del pelotón

Hay personas que nunca fallan en la Vuelta a León. No son los protagonistas directos de la carrera, aunque en el caso de ellas también se llevan los aplausos. No van en bicicleta, aunque sin ellos los que sí lo hacen no podrían llegar a meta. Son las azafatas de la carrera y los integrantes de la Guardia Civil.

En el caso de las primeras, este año son cuatro las que trae la ronda leonesa. Sara, Estrella, Bárbara e Iris, que dan color en la salida y en la llegada, donde se encargan de repartir al público diferentes productos de merchandising y también las papeletas para la rifa de cascos, maillots o gafas que posteriormente se realiza. Además, su presencia en el pódium es una estampa fija de cada carrera para entregar su premio a los corredores que suben al mismo.

Ellas se llevan más ovaciones, pero sin los 12 componentes de la Guardia Civil que hay cada día en carrera (cinco más habrá este sábado en la contrarreloj) la prueba sería un caos imposible de poder disputarse.

Son los encargados de dar seguridad a todo el pelotón, cortando los puntos más conflictivos por donde pasa la carrera por mediación de las motocicletas con bandera amarilla, que van por delante de la carrera; también de paralizar el tráfico rodado para garantizar el normal desarrollo de la vuelta, de prestar ayuda a quien lo necesite...

Organizar una carrera tan compleja no es nada sencillo y, sin ellos, la Vuelta a León no tendría lugar.