Vivimos en un tablero de ajedrez

Es contradictorio que en una época en la que tanto se habla de transparencia y en la que pensamos que gracias a las redes sociales y a la interconexión global estamos al tanto de todo, sigamos tan lejos de lo que sucede realmente tanto en nuestro entorno más cercano como en latitudes más lejanas.

Cometeríamos un error si pensamos que esta ceguera sólo atañe a temas de gran relevancia o que creemos se escapan a nuestro entendimiento por su complejidad. Ahí está el problema y el éxito de los que han diseñado esta estrategia, que consiste en pensar que somos conscientes de todo y en ofrecernos batallas aisladas en las que gastemos nuestras fuerzas.

Durante la grabación del documental ‘Coyanza-1975, Democracia Nuclear’ uno de los entrevistados, con muchas décadas de lucha a sus espaldas, incidió precisamente en este aspecto y puso un ejemplo perfecto para describir el mundo en el que vivimos. Para él estamos jugando en un tablero de ajedrez y el problema es que sólo nos preocupamos de lo que sucede en nuestra casilla, pensando erróneamente que lo que ocurre en las casillas de al lado no tiene nada que ver con nosotros. Los más inteligentes son capaces de levantar la mirada e intentan averiguar lo que está pasando en esas casillas, acercándose así a una visión más global y más certera de lo que sucede en su propio cuadrado. Continuaba diciéndome que hay incluso personas más aventajadas que son capaces de ver lo que pasa en una casilla que está a salto de caballo, pero concluyó lamentándose que estamos muy lejos de ver la realidad del tablero completo.

Este razonamiento, que surgió hablando del plan energético nacional aprobado en 1975 y la previsión de construir una veintena de centrales nucleares en nuestro país, sigue siendo aplicable al mundo actual. Durante el encuentro que mantuve con él se quejaba de cómo el poder con mayúsculas nos ponía delante pequeñas batallas como por ejemplo el antimilitarismo, feminismo o animalismo, por mencionar algunas, para que nos centremos en ellas y así evitar que intentemos tener una visión mucho más global de lo que ocurre realmente. Un razonamiento que hago mío, así como el consejo con el que finalizó nuestra conversación.

Si queremos conocer de verdad lo que está sucediendo a nuestro alrededor debemos despegar los pies del tablero para elevarnos y verlo desde arriba en su totalidad. Es preferible ver las piezas más pequeñas pero observarlas todas, que sólo ver el peón que está en nuestra casilla y a lo máximo las piezas que tenemos en las casillas contiguas.