Viene Fer, retratista de estos tiempos

José Antonio Fernández, Fer, regresa a su tierra con una exposición que inaugura este lunes en la Biblioteca Pública con el título de ‘Con lapiz y papel’ y que recoge tiras publicadas en prensa y revistas

Fulgencio Fernández
19/09/2016
 Actualizado a 18/09/2019
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Deberían sonar las campanas con el toque de fiesta, volteando, pues regresa —aunque sea a través de sus dibujos—uno de los grandes de esta tierra, el dibujante José Antonio Fernández, Fer, un grande del género y una de las biografías más admirables del dibujo, la ilustración y el humor. «Amanuense del trazo irónico y de la sonrisa transparente, azote piadoso de los tontos con poder y de los poderosos listos», en palabras de Pedro Trapiello para el catálogo de la muestra que este lunes se inaugura en la Biblioteca Pública de León con el título de ‘Fer, con lápiz y papel’, en la que se recoge una selección de tiras gráficas publicadas en periódicos y revistas. Un lujo para la ciudad y un lujo para este periódico, al que cada domingo se asoma para contarnos su forma de ver la vida, El mundo según Fer. «Sus viñetas de Ferson una picota justiciera en la que no se gasta otra munición con el ajusticiado que la risa inocente y la legítima carcajada, mereciéndose sin duda algo más contundente, pero la gracia de Fer es concederles la gracia de que la sangre nunca les llegue al río de fechorías que les hizo merecedores de izarles a la vergüenza pública», abunda el citado Trapiello.

No es cualquiera Fer en la historia de la ilustración y el humor. Miembro del equipo de dirección de aquel Papus contra el que atentó el grupo fascista Triple A, fundador y director de El Jueves, aún en los kioscos, con una tira diaria en el Avui de Cataluña, premiado... sería muy largo pero, sobre todo, querido y reconocido por una trayectoria cargada de coherencia y dignidad, por su lucha por la profesión, manifestada en esa frase que tanto repite:«Los dibujantes no somos pintamonas».

Profesor de historia, se nota, nacido en Mansilla de las Mulas se fue siendo un niño, con 4 años, a Cataluña, con su padre, guardia civil. Estudia y dibuja, con 20 años ya lo hacía en la revista Mata Ratos, ya aconsejado por quien será su gran amigo, el gran Perich, «cuyo gato adoptó y coloca con frecuencia en sus tiras».

Serio y tímido, muy tímido, lo que parecía un handicap para dedicarse al humor —por más que no sean pintamonas—pero encuentra la disculpa para hacerlo en una película, Los viajes de Sullivan. « Es la historia de un director de comedias que quiere hacer una película social, se hace pasar por un mendigo, y en la cárcel descubre que a los presos sólo les gustan las películas de risa». Yél encuentra el camino, historietas serias con humor.

Fer se fue pero nunca del todo. Nunca faltó el regreso a su tierra al conjuro de la amistad o de la pesca, seguramente sus dos pasiones. YLeón está en sus personajes, en Urelio, en las historias del puti-club que se inspiraron en los existentes en León, en ese Arricio que anda de correrías con su majestad y que es, a su vez, un personajes real y de las tierras de Ordás, como su segunda patria leonesa. «En Urelio mezclo las características de mucha gente que conozco, muchos leoneses, y de paso siento añoranza de esos nombres leoneses. He estado en actos con niños en León y los chavales ya se llaman Jonahtan, Jennifer...».

- ¿Y en las seguidas historias del puti club también vuelca experiencias personales?
- Siempre me lo preguntan. No, son fruto de la realidad que mi pueblo, y nuestra provincia, es rica en este tipo de clubes. Cuando lo cree se decía que en León no había más que puticlubs y fútbol, ha pasado mucho tiempo y hay más de las dos cosas que entonces.
- Pero alguna vez habrá ido a documentarse.
- Una vez, al famoso Huracán de Benavente, con unos amigos catalanes, pero eran las cinco de la tarde, todavía no había actividad.
- ¿Yqué recuerda?
- Que la cerveza era muy cara, la más cara que pagué en mi vida.

Unos nacieron aquí, otros en la Cataluña que le acogió, donde es un referente de la profesión, el alma del Premio Gato Perich en memoria de su amigo y un constante creador de nuevos personajes. «Sus urelios, sus cristianos, sus moros, reyes pasmaos, políticos trincones o malhechores de la moral han quedado inmortalizados para que sigan moviendo a risa (muy actual) a quien vuelva de arqueólogo a sus páginas... o a esta exposición en la que se revive una historia graciosa cuya puta gracia es que no pasa, porque todo sigue siendo actual en el retratista Fer», explica Trapiello.

No dejen de ir a verlo.
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