Vespertina charla en la plaza de Posada

Tomás Alonso Casares, alcalde de Posada de Valdeón e industrial, nos conduce en un viaje por los pueblos, paisajes e historias de su municipio. Dos etapas para conocer una tierra que merece ser conocida

Tomás Alonso Casares
26/08/2018
 Actualizado a 15/09/2019
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En la tranquilidad de la tarde, sentados en la plaza de Posada de Valdeón, Fina y Juan charlan y contemplan el idílico panorama que les envuelve con estas esculturas pétreas.

Tienen sobre la mesa un mapa y un montón de preguntas sobre este extraordinario valle. El azar o el destino hacen que se crucen sus miradas interrogantes con uno de los lugareños, Tomás, quien, amablemente, se acerca para resolver sus dudas y lo que prometía ser sólo una respuesta cordial se transformará en una larga y nutrida conversación.

Hemos estado un par de días visitando alguna de las zonas de Picos y creíamos que sería tiempo suficiente para conocer este Parque Nacional, pero nada más lejos de la realidad. Estos primeros contactos han acrecentado nuestra curiosidad y afán por conocer muchas más cosas sobre este magnífico lugar.

- ¿Podías contarnos más detalles sobre las posibilidades de Valdeón?
- ¿Por dónde habéis entrado al valle?
- Por el puerto de Panderruedas.
- Ah, desde Riaño. Así que habéis contemplado en todo su esplendor parte del macizo Occidental y el macizo Central o de los Urrieles.

Pues la otra puerta de entrada a Valdeón es a través del puerto de Pandetrave, cuando se viene desde la localidad de Portilla de la Reina. En este magnífico mirador, se puede disfrutar de la grandeza de las cumbres del macizo Occidental o del Cornión.

- ¿Cuántospueblos conforman el Valle de Valdeón?
- Ocho pueblos y cientos de montañas que les protegen: Caldevilla, Soto, Santa Marina, Prada, Posada, Los Llanos, Cordiñanes y Caín.

Todos los terrenos del municipio de Valdeón están íntegramente dentro del Parque Nacionalde Picos de Europa y aportan a éste una cuarta parte de su territorio.
Para poder contemplar todos los formidables rincones del valle contamos con nada menos que seis espléndidos miradores: Piedrashitas, Valdeón, de la Cruz, del Tombo, Pandetrave y Santa Marina.

A pesar de ser un valle poco poblado cuenta con un importante legado histórico. Sin ir más lejos, tenemos aquí al lado la iglesia de Santa Eulalia (1098) de Posada de Valdeón. Se ha excavado una necrópolis medieval en el emplazamiento de la antigua iglesia de San Pedro de Barrejo, que aparece en los documentos de los años 1098 y 1113. También aparece en documentos de 1093 y 1189 el monasterio de San Sebastián, situado probablemente en el paraje conocido con este mismo nombre de Los Llanos, en el que aparecieron enterramientos medievales. Asimismo, encontramos citado otro monasterio en la zona de Corona, construido por los monjes de Santa Marina de Valdeón, denominado monasterio de San Isidoro, en 1093. En el siglo XII, existió otro monasterio en Soto de Valdeón, al que pertenece la actual iglesia parroquial de San Pedo de Soto.

Sin olvidar nunca la esencia de este valle, que es el incomparable patrimonio natural, integrado por las grandes masas forestales de bosque atlántico y las desnudas calizas que configuran un auténtico paraje lunar, no es desdeñable el patrimonio cultural de estas tierras.

La arquitectura popular ha dejado su rica impronta en las casas, normalmente de dos plantas, con sus robustas paredes de piedra, techumbre de teja y sus peculiares corredores de madera que adornan la fachada. Otras construcciones que merecen especial atención son los 80 hórreos que actualmente aparecen repartidos por el valle, y están declarados Bien de Interés Cultural. Otro elemento arquitectónico importante en este lugar lo constituyen las majadas, salpicadas entre las amplias praderas, dedicadas a los pastos de altura. Lugares donde tradicionalmente los pastores pasaban con sus rebaños los meses de verano, aprovechando el alimento para el ganado y dedicándose a la producción de leche para la posterior elaboración de manteca y del internacionalmente reconocido queso Azul de Valdeón.

Para los amantes de la fotografía, perderse entre la luz y los colores de estos espacio mágicos se convertirá en un sueño para componer sus creaciones artísticas. Desde 2017, los hayedos de La Sotín y Cuesta Fría han sido reconocidos por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.

Para los apasionados de la Montaña en todas sus versiones, Valdeón constituye el escenario ideal para vivir mil aventuras. Puedes caminar tranquilamente por sus bosques, ascender a los cientos de cumbres que defienden estas tierras, realizar escaladas, desde las más sencillas a las más comprometidas, y disfrutar subiendo y bajando montañas, corriendo por sus senderos, practicar trail running, que cada día tiene más adeptos. Aquí se realizan cada año dos prestigiosas carreras de montaña: la Ultra Cainejo y la Transvaldeónica. Y, si no te van las alturas, puedes sumergirte en las simas más profundas que puedas imaginar, y descender por alguno de los múltiples barrancos.

También para los practicantes de los deportes de montaña que buscan la verticalidad de las paredes, tienen la Vía Ferrata de Valdeón, catalogada como K4 (dificultad alta), inaugurada en julio de 2016. Es la primera instalación de este tipo dentro del territorio del Parque. De gran prestigio entre los practicantes de esta modalidad, por su exigente recorrido y la espectacularidad de su aéreo trazado. Si no se tiene el nivel necesario para acometer el itinerario de manera autónoma, lo más adecuado es contratar los servicios de un guía profesional de montaña. Existen en el valle empresas de aventura que nos pueden proporcionar tanto el servicio de guías como el alquiler del material necesario para realizar la actividad.

Y si a todo esto sumamos la posibilidad de realizar circuitos con raquetas de nieve y recorridos y ascensiones con esquís, Valdeón es un punto de referencia para realizar actividades de montaña durante todo el año. Para los que miden más el esfuerzo, pueden realizar rutas a caballo, o en 4 x 4, todas ellas de gran belleza.

- Y ¿qué nos cuentas de la gastronomía valdeonesa?

Para andar por estos bellos pero abruptos territorios, uno se tiene que alimentar bien. La oferta gastronómica del valle elabora sus menús a base de productos autóctonos, como las carnes de caza y carnes rojas obtenidas de las ganaderías ovina, caprina y vacuna que pastan a lo largo del valle. Destacan los embutidos como la Androja Caineja, los productos de la huerta y la elaboración de excelentes quesos, como el Azul de Valdeón, considerado como uno de los mejores quesos azules de España y del mundo. Su origen se remonta a la época prerromana. Los bares y restaurantes de la zona realizan sabrosos y variados menús de una cocina tradicional, con productos de primera calidad y con el buen hacer de los profesionales del sector.

-¿Qué tipo de alojamientos podemos encontrar?
-En el Valle, los tipos de alojamientos son muy variados: cámping, albergues, bungalows, hoteles y casas rurales. Suman más de 500 plazas. Además, existen dos áreas equipadas para autocaravanas.
- Y ¿qué nos dices de la famosa Garganta del Cares? La hemos dejado para el final, como broche de oro a nuestra estancia en Valdeón. Nos gustaría que nos explicaras en detalle el recorrido y que nos recomendaras cómo hacerla.
- La Ruta del Cares es una de las sendas más conocidas de los Picos de Europa. Discurre por la garganta del río Cares, que nace en el valle de Freñana, en la cuenca que conforman los picos Gildar y Cebolleda, en territorio valdeonés. La ruta discurre entre la localidad leonesa de Posada de Valdeón, pasando por Caín, y la asturiana de Puente Poncebos. Este itinerario está tallado en las paredes de la montaña y discurre a través de grutas, puentes y senderos esculpidos en la roca. La espectacularidad del entorno y el moderado desnivel la hacen idónea para la práctica del senderismo. El desnivel que se forma entre el cauce del río y las cimas más altas supera los 2000 metros. Además, los paisajes espectaculares y sus singularidades botánicas y geológicas han hecho que se gane el merecido sobrenombre de la Garganta Divina del Cares.

El recorrido completo son 21 km, por lo que os recomiendo dividir la ruta en dos etapas. Esto os permitirá una mejor logística de transporte y hacer más placentera la ruta, disfrutando de cada instante. La primera etapa, entre Posada de Valdeón (930 m) y Caín (460 m), con un recorrido de 9 km y un desnivel de 480 m, prácticamente todos de bajada. El tiempo necesario será de unas 3 horas (ida). Podéis organizaros con transporte privado o alquilar los servicios de transporte de taxi que funcionan muy bien en el valle. En este bucólico tramo de la ruta alternaremos caminos, algún pequeño tramo de carretera, zonas de pradería y un frondoso bosque atlántico. Nos encontraremos con lugares de singular interés, como el mirador del Tombo o el Chorco de los Lobos, construcción etnográfica con 400 años de historia. Se trata de una ingeniosa trampa que se utilizaba para cazar al lobo. Otro lugar singular es la Ermita de Corona, enclavada en el monte del mismo nombre. Este paraje de belleza sobrenatural dice la tradición que es el lugar donde fue coronado el Rey Pelayo, que, según la leyenda, alentó a los pobladores de estas zonas a que se rebelaran contra los invasores musulmanes. Valdeón volvía a ser, al igual que en época romana, último reducto de rebelión, debido a su carácter combativo, al sentido de libertad de sus pobladores y a su abrupta orografía.

El segundo tramo discurre entre Caín (460 m) y Puente Poncebos (235 m). El recorrido es de 12 km, con un desnivel de 100 m de subida y unos 300 de bajada. Este tramo es el más concurrido y angosto de la ruta. A partir de Caín, y como consecuencia de la canalización del río Cares a principios del siglo XX, se construyó la senda que discurre encajada entre las moles rocosas. A veces parece que se tocan las paredes de los macizos Occidental y Central. El camino tallado en la roca atraviesa túneles y puentes vertiginosos sobre el río Cares. Para no tener que volver sobre nuestros pasos y recorrer un total de 24 km, podemos volver a utilizar los servicios de taxis disponibles en el valle.

- ¡Madre mía! Con todo lo que nos has contado, Tomás, y supongo que quedarán muchas cosas en el tintero, este valle da para unas vacaciones. La incomparable belleza de este rincón de los Picos, su gran diversidad y riqueza geológica y biológica, la calidez de sus gentes y su importante patrimonio cultural hacen que nos vayamos con el firme propósito de volver y deleitarnos de este paraíso natural.
- Efectivamente, todas esas características definen a este primer Parque Nacional de los Picos de Europa, que cumple sus 100 años de historia y esperamos que cumpla muchos más, para disfrute de las próximas generaciones que puedan adentrarse en su mundo y contemplarlo como lo o podemos hacer nosotros ahora.
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