En la obra hay cientos de miles de toneladas de vertidos, todo estálleno de mierda Para los afectados e impulsores de la demanda es bien sencillo, han sido doce años de vertidos y malas prácticas en «ríos, arroyos, fuentes, y vertederos de obras», tan fácil de demostrar o no como «mostrar los recibís de los supuestos camiones que debería haber trasladado esos vertidos a un depósito controlado de residuos inertes». Unos recibís que, entienden, no existen, dado que ello supondría el tránsito constante durante estos años de camiones con destino a una planta especializada, algo que «no se ha visto por aquí». Las más de cien fotografías enviadas a la Audiencia Provincial reflejan la acumulación indebida de hierros plásticos, hormigones, morteros y otros elementos, «en la obra hay cientos de miles de toneladas de vertidos, todo está lleno de mierda». Además de los vertederos de obra, estos residuos se han ido acumulando en otras zonas de la comarca, como la antigua cantera de la fábrica de cementos de La Robla, ubicada en el límite con Llanos de Alba, o en propiedades de la minera Hullera Vasco-Leonesa, en estos puntos puede haber acumuladas unas 2.000 toneladas de desechos.
No son hechos aislados, y es que ex trabajadores de las obras aseguran que incluso «se enterraban ácidos». Entre estas prácticas para deshacerse cómodamente de los restos de obra, también relatan que en el Lote 2 de las obras –en Buiza- hay enterradas unas dos mil dovelas en la zona de talleres y oficinas. Además, recuerdan que en Lote Sur «se enterraron en el vertedero cientos de dovelas base de 9 toneladas para hacer arquetas de aguas, por supuesto, los jefes de Adif lo vieron y consintieron».
Apuntan que en el Lote 2–en Buiza– hay enterradas unas dos mil dovelas en la zona de talleres y oficinas Para los impulsores de la demanda, las administraciones no han podido estar ciegas. En primer lugar, apuntan al propio Ayuntamiento de La Pola de Gordón que, recalcan, no ha movido un dedo al respecto. «El Ayuntamiento debería haber hecho un seguimiento de los terrenos, tanto en las obras en Buiza como en Pola, y no lo ha hecho, porque esos terrenos revertirán de nuevo en el municipio cuando acabe la obra,como públicos o como terrenos de particulares, y nadie ha mirado nada». Por ello se preguntan, «¿dónde ha estado la reserva de la biosfera y el Ayuntamiento durante todos estos años, en un territorio además que cuenta con todo tipo de protecciones medioambientales?». Lamentan que la prioridad «sea salir en la prensa y no preocuparse de estas cosas, han tenido que venir los de la vertiente asturianade las obras a preocuparse por la pérdida de acuíferos de aquí». Apuntan además que en vertedero de La Robla tampoco se han ejecutado medidas correctoras.
Ya han pasado tres meses sin ninguna información sobre la denuncia presentada sobre estos vertidos ilegales.Era diciembre de 2016 cuando el procurador autonómico de Ciudadanos, Manuel Mitadiel, presentaba ante la Audiencia Provincial de León una denuncia responsabilizando a Acciona y FCC como presuntas autoras de los vertidos ilegales.Más de tres meses después desde su presentación, no han recibido contestación de la Fiscalía sobre si esta denuncia se desestima o se admite a trámite.
El BOE recogía en mayo de 2002las medidas ambientales a seguir
El Boletín Oficial de Estado, en su edición del 30 de mayo de 2002 recoge la declaración de impacto ambiental sobre el estudio informativo del proyecto del ‘Nuevo acceso ferroviario a Asturias. Variante de Pajares’, donde se incluyen las medidas ambientales a adoptar. Unas medidas que según se atestigua en la denuncia ante la Fiscalíano se están cumpliendo. En el citado BOE se recoge que «se recuperará la capa superior de suelo vegetal que pueda estar directa o indirectamente afectada por la obra para su posterior utilización en los procesos de restauración; los suelos fértiles así obtenidos se acopiarán a lo largo de la traza en montones de altura no superior a 2 metros, con objeto de posibilitar su aireación y evitar la compactación». El texto también recoge que «en ningún caso los aceites, combustibles, restos de hormigonado, escombros, etc. se verterán directamente al terreno o a los cursos de agua; los productos residuales se gestionarán de acuerdo con la normativa aplicable».Asimismo, se estipula que «el programa de vigilancia ambiental, en la fase de explotación, incorporará las campañas de muestreo necesarias para verificar la eficacia de las medidas aplicadas». El BOE recoge además que «el proyecto de construcción incorporará un programa de vigilancia ambiental para el seguimiento y control de los impactos y de la eficacia de las medidas protectoras y correctoras establecidas en el estudio de impacto ambiental; así como para la propuesta de nuevas medidas correctoras si se observa que los impactos son superiores a los previstos o insuficientes las medidas correctoras inicialmente propuestas».
En cuanto a los vertederos, se determinan los puntos en los que se pueden acumular y cómo hacerlo, además de otras medidas «no se realizarán vertidos directos por gravedad desde la coronación de los vertederos, realizándose los mismos por bancos ascendentes», y se recoge que «previamente a la revegetación se llevará a cabo un acondicionamiento morfológico del vertedero para obtener formas suaves y redondeadas, eliminando aristas y perfiles rectilíneos».