Una batalla contra las secuelas del ictus

Hace cuatro años y medio que la vida de Delfina Cid dio un giro a consecuencia de una dolencia de la que ahora se recupera junto a la unidad especializada de Aspaym León

Cristina Centeno
28/10/2019
 Actualizado a 28/10/2019
Delfina Cid (en el centro), acompañada del equipo especializado con el que trabaja en Aspaym León para recuperar las secuelas de su ictus. | SAÚL ARÉN
Delfina Cid (en el centro), acompañada del equipo especializado con el que trabaja en Aspaym León para recuperar las secuelas de su ictus. | SAÚL ARÉN
Delfina Cid Martínez tenía 51 años cuando «cambió todo». Un grave ictus dejó en ella secuelas que la impedían andar, hablar o mover un brazo, contra las que lleva luchando cuatro años y medio. En la actualidad camina con la ayuda de una muleta, se comunica y hasta ha conseguido conducir. No está recuperada al 100%, pero «tienes que vivir con lo que tienes».

Ella es una de las treinta personas que en la actualidad son usuarias de la unidad especializada de Aspaym León, que trabaja de forma integral en la rehabilitación de pacientes con daño cerebral adquirido desde diferentes áreas con el objetivo de impulsar su autonomía, aunque «cada paciente es un mundo».

A este servicio Delfina llegó un año y medio después de sufrir el ictus, porque reconoce que «cuando te da no sabes dónde ir». Fue su médico de cabecera el que «investigó» y descubrió el programa, en el que trabajan desde la logopedia, la neuropsicología, la fisioterapia y la terapia ocupacional.

Te das cuenta de que tienes que vivir con lo que tienes y poco a poco vas enfocando tu vida a como era antes Sigue yendo prácticamente todos los días de la semana y aunque para Delfina todo avance es poco, hoy en día «es autónoma en todas las actividades de su vida diaria», asegura Belén Liébana, una de las terapeutas ocupacionales del equipo. «Sí ha habido recuperación, pero para mí es poca, siempre es poca», reconoce. Tiene dificultades en el habla pero se la entiende y cognitivamente «está perfecta», por lo que ella considera que es «un tuerto en un mundo de ciegos» ya que hay muchas personas «peor que yo» y gente que «está muy mal» y no llega a alcanzar nunca su nivel de recuperación.

Arropada por las profesionales que la han tratado durante todos estos años, reconoce que lo que sí ha encontrado es «mucho cariño» y «poco a poco» ha logrado «integridad». «Te das cuenta de que tienes que vivir con lo que tienes y poco a poco vas enfocando tu vida a recuperar un poco como eras antes, pero con tus limitaciones», admite. Porque si algo ha aprendido en la lucha contra las secuelas de su ictus es «a vivir con cosas que la gente no sabe y vivir mucho y más intenso que antes».

Ese es precisamente el punto de inflexión del que hablan las trabajadoras de Aspaym León. «Llega un momento en el que tienes que aprender a vivir de otra manera, ser consciente de lo que puedes hacer y no centrarte tanto en lo que ya no tienes, si no en lo que tienes para seguir adelante», explica Laura Barreiro, la logopeda del equipo. Porque «todas las personas tienen muchas fortalezas y parece que nos fijamos siempre en lo que no se puede hacer, y hay que dar un cambio y decir, pues tengo esto y puedo hacer esto», insiste.Todo un «proceso personal», confirma Liébana, del que cada persona toma consciencia en un momento diferente.

Delfina Cid se ha recuperado hasta "ser autónoma en sus tareas diarias", aunque su caso "no es el más común"  Llegar a conseguir la autonomía actual no ha sido fácil para Delfina Cid. «Me costó», confiesa ella, a lo que Belén Liébana responde que «nadie dijo que fuera fácil». Su logopeda asegura que «es verdad que trabaja muchísimo» y, además del tratamiento que recibe de los diferentes eslabones de esta unidad especializada participa actualmente en un taller de manualidades y en unas clases de Taiji Quan que se ofrecen en el centro, en las que «me lo paso muy bien».

A pesar de su «importante» recuperación, coinciden las profesionales que la tratan, el caso de Delfina «no es el más común». El ictus, principal causa de muerte entre las mujeres en España y segunda entre los hombres, puede dejar secuelas «gravísimas» hasta el punto «de ser totalmente dependientes». Por eso, hay personas «que no llegan nunca» a los avances de esta leonesa. Eso sí, el «objetivo final» de la unidad es «que la persona sea lo más autónoma posible», asegura Laura. «Si al final puede recuperar su vida como era antes pues eso es lo maravilloso, pero no todo el mundo puede llegar ahí y lo que intentamos es que la ayuda que necesiten sea la mínima posible», explica, siempre siendo conscientes de que «cada caso es un mundo».

El factor tiempo

Cuando Delfina Cid llegó a la unidad de rehabilitación integral había pasado más de un año desde que sufrió el ictus y ese es «uno de los grandes problemas» que ven las profesionales. «Con un ictus los primeros meses y el primer año son fundamentales, aunque luego se puede seguir recuperando durante mucho más tiempo, pero el primer tiempo es fundamental y muchísima muchísima gente ese tiempo lo pierde porque nadie les orienta», lamenta Belén Liébana. En la misma línea se muestra Alejandra González, otra de las terapeutas ocupacionales del equipo, que asegura que «todos tienen esa sensación de haber perdido mucho tiempo».

Por eso y a pesar de las diferencias entre cada caso, las expertas de Aspaym León coinciden en trasmitir a las personas que sufren las secuelas de ictus «que no se queden con lo que les digan en el hospital y que busquen recursos y profesionales para que se les trate de forma holística con un equipo multidisciplinar».

La unidad de Aspaym León trabaja de forma transversal con 30 personas que sufren daño cerebral adquirido En el proceso de recuperación juegan un papel importante tres pilares: «la persona afectada en primera línea, la familia y los trabajadores», explica Belén Liébana, «si uno de esos pilares falla es muy complicado». Delfina ha tenido los tres y «así está», celebra. Por eso a ella tampoco le faltan palabras de agradecimiento para su familia y, en especial, para sus dos hijas, porque «me han ayudado mucho» y sin ellas «no hubiese podido hacer tantas cosas como hago ahora». Por eso la intervención se caracteriza por tener un enfoque orientado a las familias, haciéndolas partícipes del proceso de recuperación de cada usuario a través de reuniones periódicas y extrapolando la rehabilitación a los domicilios particulares.

Junto a las dos terapeutas ocupacionales, Belén Liébana y Alejandra González, la logopeda Laura Barreiro y la neuropsicóloga Samanta Santín, que forman el equipo especializado, trabajan también los fisioterapeutas del centro de Aspaym León, un grupo multidisciplinar con objetivos comunes que desarrolla un «trabajo en equipo» con cada usuario.

Una de las fisioterapeutas es Natividad Rodríguez que explica que su fin varía mucho en función de cada persona porque el «ictus es muy ambiguo» y «hay muchos factores que hay que trabajar».

En definitiva, «hay muchas cosas detrás de un ictus que no se ven», coinciden las profesionales.

Una jornada para dar visibilidad a los «estragos» de estas dolencias

Con motivo de la conmemoración del Día del Daño Cerebral Adquirido, que tuvo lugar este sábado, y el Día del Ictus, que se celebra este martes, 29 de octubre, desde Aspaym Castilla y León han puesto en marcha un programa que incluye talleres, actividades, dinámicas y ponencias destinadas a concienciar sobre el «hondo calado» de estas patologías, así como de las maneras de prevenirlas y lidiar con ellas, tratando de llevar a cabo «un esfuerzo colectivo y coordinado para visibilizar los estragos» de estas dolencias.

En el caso de León, Aspaym tiene programada una jornada de sensibilización que se celebrará mañana en el Aula Magna de la Facultad de Educación de la Universidad de León. En ella participarán los profesionales del departamento Piri (Programa Individualizado de Recuperación e Integración Social de Personas con Discapacidad Sobrevenida) de Aspaym serán los encargados de conducir un debate y de desarrollar un taller práctico sobre la rehabilitación de pacientes con dichas enfermedades en un encuentro destinado a profesionales y familiares de personas afectadas al que puede acudir cualquier interesado en el tema.

El programa de sensibilización se desarrollará durante la tarde del martes 29 de octubre, en horario de 17:00 a 19:00 horas.
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