Un premio a Eutimio Martino por "sabio, libre e insumiso"

El historiador leonés recibe el martes el premio Peyre Vidal a una trayectoria que se concede en las jornadas culturales de Celadilla del Páramo

Fulgencio Fernández
23/08/2015
 Actualizado a 16/09/2019
Eutimio Martino, que acaba de cumplir noventa años, recibe en Celadilla del Páramo el reconocimiento a una larga trayectoria de investigación histórica con el IIpremio Peyre Vidal. | MAURICIO PEÑA
Eutimio Martino, que acaba de cumplir noventa años, recibe en Celadilla del Páramo el reconocimiento a una larga trayectoria de investigación histórica con el IIpremio Peyre Vidal. | MAURICIO PEÑA
"No honramos nosotros al padre Eutimio Martino, queremos tener el honor de que sea él quien acepte este humilde premio Peyre Vidal que le concedemos en Celadilla del Páramo, para reconocer una larga trayectoria de estudio, una vida dedicada a la investigación sobre temas de nuestra tierra y también para valorar su compromiso con la verdad, su espíritu libre, su pasión por la sabiduría y su condición de rebelde en el sentido más noble de la palabra". Con estas palabras vienen a ‘justificar’ en las Jornadas Culturales de Celadilla del Páramo la decisión de otorgarle el II Premio Peyre Vidal al jesuita leonés, que lo recogerá el próximo martes en un acto en el que pronunciará unas palabras para hablar de su trabajo.

De muchos años de trabajo pues el padre Eutimio Martino nació en la localidad de Vierdes, en Sajambre, el 5 de mayo de 1925; es decir, acaba de cumplir 90 años y sigue en plena ‘producción’, trabajando, investigando y pisando el terreno, pues él no conoce otra forma de investigar. "Es que uno de los grandes problemas actuales es que realmente no se investiga. Aquí se investiga en las bibliotecas, sobre los libros ya escritos, y unos copian a otros y las mentiras se convierten en verdades a fuer de ser repetidas una y otra vez ¿Cómo van a mentir 30 libros?, se pregunta la gente, y la realidad es que sólo miente uno, los otros 29 lo han copiado. Y eso para mi no vale". Y lo ilustra con un ejemplo: "Cuando yo afirmé de manera tajante que el origen de León era anterior a la Legio VII se me echaron encima decenas de presuntos investigadores, con subterfugios pues aquí nadie da la cara, y tú mismo me preguntaste si no estaría equivocado, que qué motivos iban a tener para decir que eran ‘martinadas, cosas de Martino’ y te lo expliqué: ‘Todos tienen un libro en el que dan por hecho aquello que repetían los niños como papagayos: León fue fundado por la Legio VII Gemina’. Pues no, no es verdad. Y hoy ya nadie lo duda".

El problema es que no se investiga, se copia de otros libros y la mentira se convierte así en el oráculo Pero ya hemos ido demasiado lejos en la biografía de aquel chaval de Vierdes, que fue en su pueblo a la escuela, que escuchaba con interés las conversaciones de los mayores y no es un dato menor pues, con el paso del tiempo, aquellos recuerdos fueron el detonante de algunas investigaciones. "No podemos menospreciar la tradición oral. En mi investigación sobre Pelayo y la Reconquista tuvieron mucho que ver historias que escuchaba y en la de Cervantes también, pues recuerdo haber escuchado muchas veces a mis padres la expresión: ‘Si yo tuviera pluma mostraría al mundo que Miguel de Cervantes nació en Oseja de Sajambre’. Después hay que investigar, pero en la memoria estaban estas palabras".

Aquel niño, como tantos otros en aquella época, generalmente los más espabilados, se fue a los Jesuitas de Carrión de los Condes y comenzó un  largo periodo de formación. Recurriendo a las biografías oficiales ya se intuye que estamos ante un tipo extraordinario. "Aprende griego y latín como materias fundamentales: lee y traduce a Homero, a Demóstenes, a Virgilio, a Cicerón y a otros muchos autores clásicos.

En 1950, se licencia en filosofía en la Universidad Pontificia de Comillas, y entre 1953 y 1957, además de perfeccionar el alemán y el francés, se licencia en teología en la Universidad de Fráncfort. Posteriormente, y para perfeccionar el inglés, reside en Dublín hasta 1958, año en que se traslada a París para estudiar filosofía y literatura. Todos estos viajes y estudios en diversas universidades europeas, le permiten dominar varios idiomas: el griego, el latín, el alemán, el inglés, el francés y el italiano…". Y siguen muchas páginas más.

Yo a los hijos ya los tengo criados y estudiados y eso es lo que me permite ser libre, hablar claro Podría ser Martino otro tranquilo catedrático en su cátedra. Pero se le ocurrió que tenía una deuda con su tierra y regresó a León para escribir ‘La montaña de Valdeburón (Biografía de una región leonesa)’ y ‘Hombres de Sajambre’, como lo hace él, pisando el terreno, hablando con las gentes, estudiando...  Y se dio cuenta de que se le abrían muchos caminos, encontró  muchas historias y mucha Historia sin contar y se puso a ello. "Como yo a los hijos ya los tengo criados y estudiados pues me puedo permitir el lujo de abandonar la cátedra y ponerme a trabajar en lo que me gustaba".

Y así fue como Martino fue sorprendiendo a los lectores, a los estudiosos y a los escépticos con singulares aportaciones, sobre todo a la romanización de León con ‘Roma contra cántabros y astures’, ‘Los nombres de la conquista’ y otras publicaciones, además de decenas de artículos y muchas más conferencias, además de sus cuadernos de campo. Llevar el origen de León a varias décadas antes de la Legio VII y ‘trasladar’ la Bergida de El Bierzo a Burón fueron algunas de las aportaciones  que más ampollas levantaron, pero el tiempo...

Después llegaron sus investigaciones sobre el origen de la Reconquista, que no documenta en Covadonga sino en Sajambre, o  la tierra de nacimiento de Cervantes, sobre la que afirma:"No hay una prueba definitiva, una partida de nacimiento, pero sí la suma de un mosaico de pruebas de todo tipo —desde históricas, literarias, estilísticas, de costumbres o tradición oral– que no me dejan otra salida: era de Sajambre".

Y ya en broma cierra sus reflexiones:"Ah, y a Martino no todo le da agua, pero si le da es que la hay".
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