29/11/2022
 Actualizado a 29/11/2022
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Ante la pasta casi todo el mundo se pone boca abajo y genuflexo visto el comportamiento de las grandes federaciones de fútbol, porque el asunto va del deporte rey. Así que nos tememos que se va a blanquear, lavar y poner en candelero una Federación, mejor dicho un sistema de vida basado en el poderío energético, el dólar y las diferencias sociales como nunca se han conocido, llevando implícito agresiones a la sociedad occidental como el hecho de la diferenciación de la mujer y la desconsideración hacia otras creencias con la actitud complaciente de los especialistas en sillones-reunión de madrugada.

Las informaciones que nos llegan desde ese paraíso desértico y lleno de complicaciones, debidamente encubiertas, es que los soportes y edificaciones adornadas con innumerables ventajas frigoríficas para aguantar una temperatura elevada con gran humedad insoportable, han supuesto un chorreo de dinero que bien podría haber sido empleado en mejorar las condiciones de esas gentes que no pueden acercarse a los palacios de ensueño de las mil y una noches, mostradas por los medios, cuando hay acercamientos de los jeques con nuestra autoridades genuflexas europeas y no digamos el caso particular de España.

Un indicio preocupante es que el dólar del ‘petrodólar’ se va a hacer con el monopolio del dólar estadio de fútbol español, mejor dicho ya lo está realizando hace tiempo en competencia con el ‘dólar yuan’ chino que todo lo inunda de forma silenciosa, al estilo de la invasión comercial de los almacenes chinos de las poblaciones españolas y la retirada en masa de los pequeños comerciantes españoles, al olor de la transacción suculenta momentánea, después de haber perdido la fuente de unos ingresos diarios, porque, entre otras cosas, también estaban siendo acosados por el afán recaudatorio del estamento oficial del gobierno de turno.

De esta suerte, vamos a presenciar en este mundial insólito, fuera del tiempo normal de las competiciones oficiales, con normas de comportamiento acordes con la normativa oficial de las creencias musulmanas, hechos que recordarán prácticas medievales con un envoltorio de modernidad proporcionado por la tecnología que despejará toda duda de que el fútbol ya no es tal, sino una pieza más al servicio de esa globalidad propagandística, endulzada por la propaganda y con una penetración abrasiva hacia la condición humana que promete arrasar todas las convicciones como un tremendo ciclón tropical.

La cifra más alucinante es el número de víctimas que ha costado levantar todo el entramado de los recintos deportivos qataríes que se cifra en más de 6.000 muertos causados en los accidentes en las obras de construcción, que de ser cierto lo publicado hasta la fecha en los medios, y nadie lo ha desmentido, sólo las autoridades cataríes, deja como alumnos principiantes a los egipcios y romanos cuando nos legaban sus grandiosas obras pero ocultaban el sacrificio de los más humildes en aras de lo grandioso de sus pirámides o acueductos.

Ni siquiera la hipocresía del supercapitalismo anodino y decadente se permite el gesto de recordar esa gesta silenciosa de los trabajadores humildes, casi todos ellos emigrantes, desplazados desde lejanas tierras, para obtener un salario mejor, que les permitiera sacar adelante a sus familias oprimidas de diversos modos y casi todos ellos bajo regímenes autoritarios.

No entramos en las restricciones que sufren las mujeres y también los hombres, todos ellos deben limitarse a las orientaciones coránicas con dinero, pero sí nos llama la atención que los colectivos feministas y de las diversas condiciones sexuales que son tan proclives a inundar las calles por diversos motivos, no se les ha visto salir con sus pancartas criticando tales medidas discriminatorias y además declarándose en huelga de hambre ante las mezquitas de toda Europa donde tendrían que haber mostrado su valentía como cuando invaden los recintos sagrados de las demás religiones.

Estamos ante un hecho absurdo, en una sociedad absurda y con unos dirigentes absurdos que seguramente deberán presentar su baja perpetua de la política, porque estas insensateces, que todos los sectores de la sociedad padecen, deben pasarles factura.

Solamente un apunte para los hinchas de fútbol. Nos gustaría que los esfuerzos que realizan algunos, con economías precarias, alojados con deficiencias, y las afonías que padecen después de sus gritos, desplegaran sus ímpetus en las reivindicaciones laborales que a diario padece con pagas de miseria y reivindicaran mejores condiciones educativas, culturales y de formación, además de una actuación política acorde con una sociedad moderna. Después de ejercitar tus derechos, ya se puede ver un partido de fútbol moderno, interesante, sin políticas absurdas, manipulaciones degradantes y ‘señores del fútbol’ que realizan grandes negocios a la sombra del ‘deporte popular’… en los palcos de los clubs.
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