Un leonesista castellano o viceversa

Óscar Campillo, periodista leonés, acaba de ser nombrado presidente del Consejo Social de la Universidad de Valladolid. A nadie le extraña, nada es extraño en este leonés de muchos pueblos y que parece haber aprendido en ellos que todo es posible, al menos con él al frente

Fulgencio Fernández
24/12/2017
 Actualizado a 17/09/2019
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Óscar Campillo es, entre otros lugares (los hijos de los maestros son un poco de todos los pueblos en los que tienen escuela sus padres), de Lugán. Y aficionado a la lucha —hasta el punto de ser uno de los personajes que más ha hecho por este deporte— y allí debió aprender que todo es posible con imaginación y justicia.Le hablaría su padre Próspero de Cleto, padre de 7 luchadores, a los que mandaba a luchar por los pueblos con esta fórmula: «Los que ganéis os quedáis a la fiesta, los que perdáis volvéis a casa para ordeñar». 

Perfecto. Pues él debió heredar esa fórmula y así, con el tiempo, ha sido capaz de ser una cosa y la contraria sin que nada rechine, todo lo contrario. En su época de director de La Crónica fue el mejor sindicalista de los trabajadores; cuando dirigió un periódico en León y otro en Burgos a la vez los redactores leoneses tenían la sensación de que no iba a Burgos y los burgaleses de que había abandonado la Legio; en su etapa en Valladolid fue capaz de ser la mano derecha ‘oficiosa’ de Juan Vicente Herrera y con la mano izquierda escribía dos elogiosas biografías de José Luis Rodríguez Zapatero; es el único caso conocido —y no se espera que haya otro nunca más— de haber sido director del Marca sin ser hincha del Real Madrid pues quienes le conocen bien saben de su pasión por el Athlétic de Bilbao...

Y de nuevo al doblete. Mientras es director general de Vocento le requieren desde Valladolid, desde su Universidad, para que sea presidente de su Consejo Social. En Vocento creerán que nada ha cambiado, que lo de Valladolid es «honorífico»; y en el Consejo Social temerán que haya abandonado sus tareas en Vocento. Es Campillo. En León creen que es un leonesista en Castilla y en Valladolid que es un castellano fiel llegado desde León. Y las dos cosas son verdad.

Si alguien está cerca de él que haga una cosa. Mirenle el cuentakilómetros, quizás esté allíla respuesta a todo. Y añadan una anécdota, cuando jugaba a fútbol iba como un toro y le driblaban pero cuando iban a centrar llegaba otra vez el toro. Se había levantado. No sabe qué es quedarse en el suelo.
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