Un churrasco en el Geoparque de las Médulas

Por Valentín Carrera

28/01/2019
 Actualizado a 19/09/2019
Geoparque de El Hierro, imagen de archivo. | ALICIA SATURNA
Geoparque de El Hierro, imagen de archivo. | ALICIA SATURNA
Ahora que acabó la pasarela Fitur –ese desfile viejuno pagado con dinero público para lucimiento y postureo póstumo de alcaldes y alcaldesas–, volvamos a poner los pies sobre el duro asfalto de los lunes al sol. Alguien le tendrá que decir a quienes nos desgobiernan que basta ya de tomarnos el pelo.

Esta misma semana nos llegaba, envuelta en celofán electoral, la promesa de que en mayo «podría estar completo todo el proceso administrativo que de paso a la puesta en marcha del Ponfeblino». «Una labor larga, difícil y callada», añadió el Consejero de las Tres Mentiras: larga no, larguísima, porque llevan ustedes haciendo la misma promesa desde 2006; difícil no, imposible por inviable y estéril; y callada tampoco, porque sacan a pasear la flauta y el tambor siempre que pueden y con más frecuencia en vísperas de elecciones.

Sin necesidad de ser el adivino Rappel, aventuro un doble pronóstico: no habrá Ponfeblino en mayo, pero los Flautistas de Hamelín volverán a visitarnos varias veces y en cada visita traerán un carro de promesas.
A propósito del Ponfeblino escribí hace meses: «Hemos asistido a una orgía de promesas –de Zapatero, de la Junta de Castilla y León, de las Cortes, del Consejo Comarcal, de los ayuntamientos–; en 2006 un Director General de Turismo llegó a anunciar «el decidido apoyo de la Junta con fondos estructurales del carbón». «Esperamos que, a mucho tardar, este verano se realice un viaje de prueba», decía entonces el alcalde de Toreno, Pedro Muñoz. Supongo que se sentirá tan engañado como nos sentimos muchos bercianos».

Ni decidido apoyo de la Junta, ni fondos estructurales, ni viaje de prueba: todo han sido engaños, mentiras y flautistas electorales. Una medida urgente de higiene pública sería prohibir las promesas electorales que no vengan avaladas por un acta notarial y un aval bancario personal. O una certificación del interventor confirmando que hay consignación presupuestaria firme. ¡Ya veríais qué pronto se les pasaba la tontería!

Esto de los anuncios de balde y los botes de humo subvencionados, como BierzoHub, se está convirtiendo en una desagradable costumbre. Este verano nos desayunamos, el 4 de agosto, con la noticia de que la asociación de empresarios AFEBI propone a la UNESCO la creación del Geoparque Las Médulas-Teleno: «La intención es presentar una candidatura para lograr el año que viene el reconocimiento oficial de la UNESCO para un plan que ya cuenta con el apoyo de la Junta de Castilla y León».

Aquella semana de agosto yo estaba visitando, admirando y disfrutando el Geoparque de El Hierro, declarado por la UNESCO en 2014, uno de los 85 geoparques en la Red mundial (Global Geoparks Network), de modo que la idea de AFEBI me pareció tan excelente que llevo seis meses aplaudiendo con las orejas. Proteger el espacio natural de Las Médulas, convertirlo en motor de desarrollo sostenible y en lugar de sensibilización contra el cambio climático sí es un proyecto de país.

Pero, por más que rebusco, no encuentro desde entonces ningún avance sobre aquel «anuncio sostenible» que, muy oportunamente, se hacía acompañar de otra idea en dirección contraria: quemar biomasa y carbón en las térmicas. A ser posible –esto lo añado yo–, biomasa y carbón subvencionados con dinero público, que es la especialidad de cierto empresariado local.

Así pues, ¿qué fue del Geoparque Las Médulas-Teleno?

Convertir Las Médulas –cuyo modelo de gestión turística, cultural y ecológica deja mucho que desear– en algo más que una postal de FITUR, y hacerlo bajo la tutela de la UNESCO, sería un objetivo muy serio para El Bierzo. Tan serio que al día siguiente de la propuesta de AFEBI, todos los alcaldes, procuradores y consejeros de la comarca salieron en tromba, entusiasmados, a apoyar el Geoparque de Las Médulas… ¿no lo recuerdan? Yo tampoco. Ni siquiera los flautistas de Hamelín de la Junta de Castilla y León, tan aficionados a vender hubmo, vinieron esta vez a tocar la flauta de Bartolo.

De modo que el Geoparque Médulas-Teleno se quedó en una serpiente de verano. Ni una sola novedad desde entonces: nada en la web de la UNESCO (cuya última noticia sobre Las Médulas es de 1997), nada en la web de la Fundación Las Médulas, nada en la página del Consejo Comarcal. Nada tampoco en la web del Instituto de Estudios Bercianos, que gestiona el Aula Arqueológica de Las Médulas. Y por último, ni una palabra en el portal oficial de la JCyL, donde sí aparece el Geoparque de Las Loras, entre Burgos y Palencia, declarado en 2017, de cuyo modelo podríamos aprender algo en El Bierzo.

En cuanto a AFEBI… no encuentro otra web que una simpática universidad de Indonesia. Permítanme, por tanto, que exprese mi perplejidad y mis dudas sobre la sinceridad de una propuesta que solo era la lechuga verde con la que envolver el churrasco de biomasa y carbón que AFEBI propone en Compostilla.

Dígannos, señores de AFEBI, dónde está su proyecto de geoparque, qué técnicos y especialistas lo han elaborado, cuántas horas han trabajado en él, qué inversión han realizado de su bolsillo y en qué ventanilla de la UNESCO lo han presentado. Jugar con esta frivolidad y oportunismo en asunto tan serio como un geoparque de la UNESCO es reírse de la ciudadanía berciana. Menos flautistas de Hamelín y un poquito de seriedad. ¡Arriba las ramas!
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