Tranche... en el silencio

La galería Ármaga presenta la obra de pequeño formato de este autor que ha realizado a lo largo de los últimos años en la intimidad de su hogar

Vicente García
05/11/2022
 Actualizado a 05/11/2022
Esteban Tranche refleja su lado más intimista en su última exposición. | VICENTE GARCÍA
Esteban Tranche refleja su lado más intimista en su última exposición. | VICENTE GARCÍA
Esteban Tranche es un autor que nos tiene acostumbrados a sus líneas y colores en una profusión de formas que van desde el figurativismo total en el que se inicia hasta la abstracción completa a partir de esas figuras. Tras la exposición de Pallarés en la que recogía obra grande de veintitantos años, aquí es obra pequeñita y de estos últimos años.

Se trata de unos cuadros intimistas que el autor realiza con total tranquilidad mientras descansa del trabajo cotidiano en la envolvente comodidad de su hogar. «Es una obra muy íntima que he hecho en el salón de casa con mucha tranquilidad disfrutando de esas horas en las que ella está leyendo, los pajaritos pían por fuera, yo estoy haciendo monigotes, tratando de hacer varias visiones del salón e interiores domésticos».

El título que nombra la exposición tiene que ver con ese recogimiento íntimo del artista como él mismo indica: «La titulo ‘…en el silencio…Interiores’, porque son ratos donde estamos bastante en silencio, cada uno a lo suyo, dejando atardecer hasta que ya no queda luz. Para mí son horas de mucho disfrutar, porque son muy tranquilas».

La obra que presenta en esta exposición es sencilla, sin grandes ideas ni preparativos, ya que solamente se trata de plasmar aquello que le dicta su mano como él mismo explica: «Los cuadros están hechos sin pretensión, sin darle muchas vueltas a la cabeza. Trato de representar lo que tengo delante y nada más. Mi forma de dibujar es figurativa, podemos ver rostros, pequeños búcaros donde sale una flor, mesas, sillas…».

Las obras de Esteban Tranche están generalmente realizadas sobre papel de pequeño formato porque es lo más asequible en esos momentos y no precisa demasiada preparación como comenta: «Cuando dibujo siempre tengo un block, trato de que mi mano sea como un pantógrafo, que siga a mi vista, si mi vista va recorriendo una figura, un objeto, eso lo hago en el papel y al cabo de un rato que ya hay muchas líneas marcadas, lo miro y veo lo que he hecho porque nunca la mano sigue exactamente la mirada, y a partir de ahí ya, de una manera consciente, quito unas cosas, pongo otras y empiezo a darle color».

El color es esencial en esa obra y va en un momento posterior y es lo que más le hace disfrutar pues para él es una fuente inagotable de placer como reseña: «El color para mí es una fuente de sentimientos, voy al estudio y abro los botes, veo el ocre, quedo fascinado con ese color y pinto muchas cosas de ocre, lo mismo me pasa con el verde, y a veces meto un elemento contrastante, es así como trabajo el color».

En esta exposición los cuadros son sencillos y amables, con un colorido que los embellece y que hace que el autor disfrute tanto a la hora de su creación como en el proceso posterior del coloreado. Sin embargo, en lo que más hincapié hace es en el proceso creativo llevado a cabo en esa atmósfera silenciosa e íntima que le lleva a decir: «En esos ratos estupendos de cinco a ocho que estamos en silencio y puedo trabajar mucho mejor, desde que se va a poner el sol hasta que apenas se ve, son horas para mí de una gran creatividad». A la vista está el resultado en la galería Ármaga.

En cuanto a sus proyectos en marcha, Esteban Tranche habla de la escultura que está haciendo con Amancio que representa la laguna que había al lado de su casa en Armunia, donde había ranas, y el desarrollo la ha convertido en una rotonda, en la rotonda donde se va a colocar esa escultura antes del 15 de diciembre. Esa laguna era donde jugaba de niño, por lo que la escultura va a revivir su infancia.

La exposición de Esteban Tranche se podrá ver en la galería Ármaga hasta el 28 de noviembre.
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