"Soy la más vieja de esta ciudad"

Luz Muñiz Alique cumplió este viernes 105 años, con una gran lucidez mental que le permite seguir siendo la memoria viva de una familia llena de personajes con mucha historia, desde su propio padre, el capitán Sixto Muñiz, uno de los famosos ‘Últimos de Filipinas’ a su sobrino Alberto Muñiz, ‘El Tío Alberto’ o su hermano José, apodado El Schindler leonés

Fulgencio Fernández
14/01/2018
 Actualizado a 18/09/2019
Luz Muñiz Alique, ‘la matriarca de los Muñiz Alique’, pocas horas después de cumplir 105 años y con el teléfono cerca pues aún lo atiende. | MAURICIO PEÑA
Luz Muñiz Alique, ‘la matriarca de los Muñiz Alique’, pocas horas después de cumplir 105 años y con el teléfono cerca pues aún lo atiende. | MAURICIO PEÑA
Enla mañana de este viernes, el día que Luz cumplía 105 años, sus hijos estuvieron buscando estadísticas y páginas de centenarios. No encontraron a ninguna otra mujer mayor que ella en León capital y tampoco hombres pues uno que nació en la capital hace muchos años que reside en Alicante. Cuando se levantó se lo dijeron y la reacción de la mujer fue ponerse a cantar: «Soy la más vieja de la ciudad».

Así es Luz Muñiz Alique, una mujer de un extraordinario carácter, buena conversadora... «aunque lo tiene fácil pues sólo con las peripecias familiares ya le sobra material para escribir un libro», explica su hijo.

Cuando le dijimos que era la mayor de la ciudad se puso a cantarlo, ‘soy la más vieja de León’Este sábado hubo celebración en la casa, qué menos, y por la tarde estaba «un poco descolocada» pero hizo misma vida normal de tantos días. «La llamaron mucho por teléfono, que aún lo atiende, pasó mucha gente o más gente de lo normal y eso le afecta, pero este sábado ya hizo una vida totalmente normal, en su diván, conversando, viendo algo la tele, poco porque le cansa y atendida por su hija, Yoli, que «además de hija es enfermera en el hospital de León, por lo que lo tiene todo».

Su hijo Antonioes precisamente quien apunta una breve biografía de esta mujer que es la más vieja de la ciudad: «Mi madre, Luz Muñiz Alique nació en León, en el barrio de Santa Ana, el 12 de enero de 1913. Era hija del militar Sixto Muñiz, al que el peso de sus numerosas condecoraciones ‘le obligaba a andar inclinado hacia adelante’. De los participantes en la Campaña de Filipinas, los llamados Los últimos de Filipinas, mi abuelo fue uno de los últimos en llegar a España y el último en fallecer, en 1967. También destacó por su valor y sabia estrategia en la Campaña de África». Así cuenta Antonio Gutiérrez Muñiz Alique el origen de su madre, que el viernes cumplió 105 años con una lucidez extraordinaria para su edad y que le permite seguir siendo la memoria viva de una familia extraordinaria y cargada de historias y personajes, además del ya citado capitán Sixto Muñiz.

El trance más duro fue tener que enterrar a dos hijas, una muy joven y la otra de forma trágicaEs por ello Luz Muñiz Alique «la matriarca» de la saga. Y la memoria viva de una peripecia que le ha dejado muchas huellas pues ha sufrido pasajes duros. «Primero fue el calvario de su padre para el que, además de lacampaña de Filipinas, la guerra duró 9 años pues en 1948 todavía era un buscado militar que permaneció escondido en La Sobarriba, detrás de una pared falsa, tapada por un armario». Su sobrino Pepín cuenta curiosas historias de «aquel señor», pues no les contaban a los niños quién era para no prometerlo. Pero el trance que más dolor le causó a esta más que centenaria fue el que no suele superar ninguna madre, enterrar a un hijo, y a ella le ocurrió dos veces, con dios hijas. «Enterró a mi hermana Carmen con sólo 33 años, por enfermedad, y a Mariluz con 53, también joven y además de forma muy trágica», recuerda su hijo Antonio Gutiérrez.

Es evidente que estas dos hijas, las aventuras de su padre Sixto o su hermano están muy presentes en ella, pero quienes la conocen reconocen que siente un cariño especial por uno de sus muchos sobrinos, el arquitecto Alberto Muñiz Alique, el famoso Tío Alberto, el fundador de loa Ciudad de los Muchachos, que recoge a niños con problemas familiares o directamente de la calle. «Es fácil querer al Tío Alberto».

Y más para ella, la abuela de León.
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