Sopa de Wuhan

Bruno Marcos hace esta reflexión retrospectiva sobre el pensamiento de urgencia que se dio al principio de la pandemia

Bruno Marcos
26/05/2020
 Actualizado a 26/05/2020
Detalle de la portada del libro digital 'Sopa de Wuhan'.
Detalle de la portada del libro digital 'Sopa de Wuhan'.
En los primeros días, cuando el confinamiento iba cerrando aceleradamente un país tras otro, existieron momentos de gran incertidumbre en los que los medios de comunicación publicaron artículos de pensadores contemporáneos intentando arrojar luz en la oscuridad. En esas semanas iniciales del encierro se recopilaron varios de estos textos, aparecidos entre el 26 de febrero y el 28 de marzo, en un libro digital gratuito que se podía descargar inmediatamente de la red titulado ‘Sopa de Wuhan’, editado por ASPO (Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio) con la iniciativa del diseñador argentino Pablo Amadeo.

Los autores incluidos fueron Giorgio Agamben, Slavoj Zizek, Jean Luc Nancy, Franco «Bifo» Berardi, Santiago López Petit, Judith Butler, Alain Badiou, David Harvey, Byung-Chul Han, Raúl Zibechi, María Galindo, Markus Gabriel, Gustavo Yáñez González, Patricia Manrique y Paul B. Preciado. El libro está dedicado a Li Wenliang, que fue el oftalmólogo chino que advirtió de la aparición del coronavirus y que, después de haber sido amonestado por la policía, murió por dicha enfermedad a los 33 años de edad.

Agamben destacó la malévola intención de los estados por limitar las libertades con las medidas de confinamiento en lo que debió parecerle la materialización física de sus teorías del ‘estado de sitio’ que venía repitiendo hace años. Zizek encontró en la crisis una oportunidad para crear un nuevo orden que reinterpretase el comunismo. Franco «Bifo» Berardi escribió un diario sobre los devastadores resultados de la parálisis en el cuerpo social sin dejar de poner al capitalismo como culpable de fondo. Santiago López Petit afirmó decididamente que es el capitalismo el que mata. Alain Badiou resaltó el cruce chino entre mercado arcaico en el que el virus saltó de lo animal a lo humano con el mercado global en el que ha entrado el país…

Lo más interesante de ‘Sopa de Wuhan’ fue que puso en órbita cuestiones de impacto mundial cuando todos estábamos pensando únicamente en la salud, si bien los discursos defraudan, en gran parte de los casos, al limitarse a dibujar la silueta del tópico monstruoso leviatán capitalista. Los teóricos compilados aquí, sorprendidos como todos por la magnitud inesperada de los acontecimientos provocados por el coronavirus, pusieron a andar sus habituales máquinas de pensar sin reparar en que se trataba de una situación sin precedentes que probablemente necesitase nuevas maneras de interpretar la realidad, porque si la epidemia no era en absoluto una cosa nueva en la historia de la humanidad sí lo ha sido el confinamiento global. En casi todos estos escritos se escamotea algo fundamental que desactiva su lógica: el hecho de que los estados no aceleraron los confinamientos sino todo lo contrario presionados, precisamente, por ese capitalismo.

‘Sopa de Wuhan’ como pensamiento de urgencia deja el recuerdo positivo de haber acudido a las ideas para entender los hechos aunque se haya visto que estos le han roto los pies a ellas. Quedan para el olvido tanto la frivolidad «golpe al capitalismo estilo Kill Bill» (Zizek) como lo irresponsable ‘La invención de una epidemia’ (Agamben) pasando por lo pueril ‘Apaguemos los móviles, desconectemos Internet’ (Preciado).

Enlace al libro https://www.elextremosur.com/files/content/23/23684/sopa-de-wuhan.pdf
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