Solo "inversiones reales" pueden salvar al Bierzo de su negro saldo vegetativo

El alcalde de Ponferrada pide al Gobierno y a la Junta que se comprometan con las zonas que pierden habitantes para resolver la inversión de la pirámide poblacional

M.I.
26/12/2021
 Actualizado a 26/12/2021
Ponferrada en uno de esos días en los que la niebla resta la vista de sus montañas. | ICAL
Ponferrada en uno de esos días en los que la niebla resta la vista de sus montañas. | ICAL
Inversiones reales de los organismos que tienen músculo para hacerlas es la única fórmula que el alcalde de Ponferrada, Olegario Ramón ve como posible ante los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), que siguen enmarcando a la ciudad en una situación de pirámide invertida que se va dilatando. El regidor ha manifestado su preocupación por esa merma poblacional que golpea con fuerza a la ciudad, dentro del Bierzo y pide a la Junta y al Gobierno central un «compromiso real» para acabar con esta situación.

De no conseguir esas inversiones advierte que «seguiremos perdiendo población». Y a la despoblación se suma la pérdida de servicios y de inversiones recibidas de las administraciones superiores, por lo que el círculo se cierra en el mismo encontronazo con la España Vaciada que se ha convertido en el caballo de batalla de todos los partidos de cara a los encuentros con las urnas.

Las cifras no dejan lugar a dudas. Ponferrada va más de entierro que de bautizo. Casi es el doble de fallecidos los que se registran por nacimiento. La ciudad marca un saldo vegetativo negativo en un 405. En concreto, en 2020 se registraron, según datos del INE 439 nacimientos. Pero esos datos positivos contrastan con los 844 fallecimientos apuntados.

Y si los datos se extrapolan a la comarca, la curva demográfica se tiñe de rojo y deja un dato preocupante, que en 2019 se produjeron 2,8 muertes por cada nacimiento. Eso deja una cifra de saldo vegetativo brutalmente baja y negativa, con 1.232 personas menos. Ponferrada encabeza la lista negra de este saldo en negativo, pero las grandes poblaciones bercianas tampoco salen del estadio de las pérdidas.

Solo Molinaseca se libra del saldo negativo con siete nacimientos y cuatro fallecidos en 2020. El resto de municipios se suman a esa resta preocupante que en Villafranca se marca en 50, al igual que Carracedelo, o en Toral de los Vados en 46 y en Fabero en 65.Bembibre también cuenta con un saldo negativo preocupante, alcanzando los 104 menos, mientras que en Cacabelos el saldo negativo es de 69. 

En algunos municipios incluso los nacimientos quedaron a cero, como es el caso de Barjas, Borrenes, Candín, Oencia, Peranzanes, Torre y Vega de Valcarce.

En 2019, el saldo negativo de Ponferrada era de 327, con 717 fallecidos frente a 390 nacimientos. Tal vez en esta ocasión se ahonde en la resta que deja la pandemia en todos los sentidos, tanto en vidas como en proyectos, puesto que el número de matrimonios también desciende. En la ciudad en 2019 fueron 327 y en los datos del INE de 2020 se quedan en 224.

En 2019 solo Borrenes se salvaba de la quema curiosamente con un saldo vegetativo de cero.

No hay freno para una sangría que deja un Bierzo envejecido, descarbonizado y sin mirando al recurso de la agroalimentación y el turismo como salida de futuro, en medio de un caos que no ayuda al rural, al restarle oficinas bancarias, las últimas anunciadas de Unicaja en cerca de una decena de municipios bercianos, y servicios sanitarios.
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