"El paso cuando viene tiene que dar la sensación de que tú sobras en la calle"

El escultor leonés Melchor Gutiérrez presenta sus nuevas tallas de los Apóstoles para el Gran Poder y defiende su estilo propio, pensado para el "espectáculo"

David Iglesias y Laura Pastoriza
24/03/2024
 Actualizado a 24/03/2024
https://youtu.be/0T2HFUnfE9E

Tiene enemigos, sin duda, pero también muchos apoyos en el mundo cofrade de León. De lo que pocos dudan es de que aporta a la Semana Santa un estilo barroco, realmente auténtico y marcado por la búsqueda de unas imágenes exclusivas, casi sensuales y vistosas para procesionar bajo la luz del Sol. El escultor leonés Melchor Gutiérrez, natural del municipio de Sahagún, recibe a La Nueva Crónica en el patio de las Trinitarias, en los días en que la Cofradía del Cristo del Gran Poder, de la cual es su director artístico, prepara los pasos para su procesión del Domingo de Ramos, gracias a un equipo de montaje que es «como una gran familia». 

"No se quiere reconocer, pero esto es una fiesta grande, la gente sonríe viendo las procesiones"

Al filo de una extensa entrevista en la que domina la verborrea magistral propia de un escultor como él, apasionado por su arte, Melchor pronuncia una frase que automáticamente se sitúa como titular de este reportaje, pues resume el concepto que él tiene de un trono de Semana Santa. «El paso cuando viene tiene que dar la sensación de que tú sobras en la calle, tiene que estar por encima de ti absolutamente y llenar esa calle», afirma, antes de explicar que «esto es lo que yo busco, porque esa es mi tarea» y comparar su trabajo con el de una ópera. «Está la que señora que canta y luego el que decora el escenario, pues esto es lo mismo, claro que la imagen tiene que transmitir en lo religioso y eso sé hacerlo, sé mostrar a una Virgen que llora, pero realmente lo que busca un autor cuando hace algo es el espectáculo». 

Melchor habla con desparpajo y sentado en las varas de su ‘niño bonito’ y titular de la penitenical de negro y plata, el Cristo del Gran Poder, al que dio forma hace 25 años junto a su hijo, Víctor Ramsés Gutiérrez –licenciado en Bellas Artes– y en el que destacan los cuatro evangelistas de gran tamaño en las esquinas del trono. Después de haber trabajado con el Nazareno y el Sacramentado, Melchor lleva años comprometido con la cofradía de San Lorenzo, para la cual se marca el reto de conseguir diez pasos «melchorianos», centrados en el espectáculo, tal y como él entiende la Semana Santa leonesa.

"Mi intención es que la cofradía tenga 10 pasos ‘melchorianos’ con un sello personal distinto"

«Mi intención y mi sueño, si ellos lo aprueban, es que esta cofradía tenga diez pasos espectaculares, con un sello personal para darle un carácter distinto», explica, apoyando su mano en el toro que representa al envangelista Lucas, y reafirmándose: «No hay un sólo paso en España que lleve unos evangelistas enormes y que tengan este protagonismo». Su siguiente trabajo, avanza, será el palio de la Virgen del Gran Poder, al cual «le faltan cuatro ángeles en las esquinas, ornamentos para poner flores con altura y un palio que va a ser arrebujado en cuero, para que tenga una categoría, un trabajo a mano, un valor artístico y un carácter distinto».

A sus 70 años, con algunos problemas de salud que acarrea desde joven y después de casi 50 años vinculado a la Semana Santa de León, Melchor se muestra claro y no tiene reparos en defender que esta es una «fiesta y una fiesta grande realmente». «No se quiere reconocer y además sienta muy mal, pero eso es lo que yo veo en la calle, porque la gente sonríe viendo las procesiones, se toma limonadas, come tapas con la familia y se cita con los amigos. Esto es una realidad y, si mi apartado es el espectáculo, intento hacerlo».  

Los Apóstoles 

Melchor ha elaborado este año nuevas imágenes para el Gran Poder, que serán bendecidas esta tarde justo antes de la procesión, que saldrá a las 17:00 horas del patio de las Trinitarias. Se trata de una copia en silicona policromada de las imágenes de los Apóstoles –obra de Narciso Tomé del siglo XVIII, aunque Melchor considera que pudieron haber más autores en una obra que terminó en el retablo de los Capuchinos–, que fueron prestadas por los monjes de San Franciso a la cofradía del Poder desde su fundación en 1994, con la cual procesionaron durante 30 años.

Sin embargo, los Apóstoles, que en los últimos años sólo eran dos, se habían deteriorado. «Como director artístico aconsejé a la junta de gobierno de la cofradía la posibilidad de que nos permitiesen hacer copias para preservar esas piezas, porque realmente iban a tener un deterioro grande y para la cofradía supondría una hipoteca permanente el mantener las figuras».

Las nuevas imágenes para el paso de los Apóstoles, atribuidos a Juan, Pedro y Santiago, destacan por su gran altura, superior a la estatura humana, y el tamaño anormal de las manos y pies, que es algo característico de este escultor cofrade, que estiliza y engrandece algunas partes del cuerpo, como es el caso de las piernas del Cristo titular. 

Respecto a otros detalles de los Apóstoles, explica Melchor que la mano de San Juan, el primero de los tres en su distribución en el paso–el «discípulo amado» que dice la Biblia– es la original, pero se ha tomado licencias en su obra a la hora de esculpir las espaldas. La policromía que él ha realizado tiene sus característicos colores oscuros y a la vez brillantes, porque se ha aplicado «sobre metal, sobre oro y plata».

El escultor, que ha renovado prácticamente en su totalidad el patrimonio del Gran Poder en los últimos años, señala que no se inspira en nadie concreto a la hora de tallar una imagen, si bien el subconsciente siempre mueve la mano del artista, y sí comenta que ha tomado elementos concretos de personas reales. También añade que los pies del Cristo del Gran Poder son un molde de los suyos. «Mi única lucha es que no se parezcan las caras, aunque cuando ven mis imágenes dicen que todos son iguales, porque tienen una característica concreta que yo no sé por qué la tengo, yo realmente no he peleado por un estilo propio, he ido haciendo cosas y bueno, ha salido así». 

Museo de Semana Santa

Sin esquivar ninguna polémica, Melchor lamenta, mediante duras críticas  prácticamente a todas las instituciones, que el Museo de Semana Santa siga cerrado, en lugar de utilizarse como espacio de acogida para los tronos. También critica el uso de carpas para preparar las procesiones, porque considera que estas dañan las imágenes y la estética de la ciudad en su semana grande. 

"Tenemos un Museo de Semana Santa para el beneficio de la diócesis  y nosotros en carpas"

«Tenemos un Museo de Semana Santa para beneficio de la diócesis donde se ha invertido un dinero, mientras nosotros estamos en la calle, en carpas que alquilamos y ahí nadie resuelve nada, ni la Junta Mayor ni nadie y nos han hecho una auténtica judiada», sostiene con enfado, a la vez que añade que se ha hecho «con intención de que no nos sirva, mientras nosotros necesitamos tener los pasos enteros en un local como lo tiene Zamora, para poder sacarlos a la calle con dignidad y dar una imagen al turista que viene a León de que esto es una ciudad con categoría y no en carpas que dan una imagen horrorosa». 

Melchor concluye la entrevista explicando que él no cobra por su trabajo para ahorrarle ese dinero a la cofradía, si bien explica que estas imágenes «tienen un precio de mercado de entre 30.000 y 40.000 euros». Añade que vive de su pensión y de algún paso que sí ha cobrado en distintas cofradías de otros puntos de España, pero valora como «precario» este oficio de escultor cofrade, en el que «igual pasan diez años desde que haces una imagen hasta que te encargan la siguiente». Un escultor leonés único y apasionado del arte cofrade entendido como espectáculo. Esta es la Pasión de Melchor Gutiérrez. 

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