La
Semana Santa suele ser una de las épocas del año más fuertes para la
Panadería Flecha. No falta trabajo en su obrador, del que salen productos típicos como las torrijas –desde las clásicas a propuestas sorprendentes como las de vino, fresa, chocolate, yema, crema, hojaldre, al horno…–, los
buñuelos o la
leche frita. Sus elaboraciones gustan y por eso esperaban estos días «con mucha ilusión». «Para nosotros suponían un volumen de trabajo mayor incluso que en
Navidad. En Semana Santa vienen muchos turistas, mucha gente de fuera, pero ahora mismo con esta crisis...». El que lo cuenta es
Manuel Flecha, que junto a sus hermanos representa a la segunda generación de este
negocio familiar que en 1957 inició su padre en
Santibáñez del Bernesga. Lo dice con preocupación y consciente de que esta no será una Semana Santa más. La crisis sanitaria provocada por la expansión del
coronavirus ha obligado a decretar un estado de alarma que ha perjudicado fuertemente sus ventas. Siguen trabajando, eso sí, y ofreciendo a sus clientes sus productos de siempre, artesanos, hechos con mimo, aunque saben que ahora mismo llegan a menos personas. «La gente tiene miedo y cuando sale ya no busca la calidad igual que antes, le vale con tener un poco de
pan para llevar a casa», comenta Manuel.
Han lanzado un nuevo producto, un pan con masa madre que aguanta cinco o seis días tiernoLa situación es «complicada», pero desde la Panadería Flecha seguirán tirando del negocio para que, una vez termine el confinamiento, puedan volver al punto en el que estaban. Además, pensando en sus
clientes y en adaptarse al momento han lanzando un nuevo producto, un
pan «de larga duración con masa madre, que aguanta entre cinco y seis días tierno». «Nos pusimos a pensar entre mi hermano, mi sobrino y yo y tuvimos esta idea que nos pareció buena para las circunstancias actuales, en las que la gente sale menos de casa», afirma Manuel.

La Panadería Flecha mantiene su emplazamiento original en Santibáñez, pero desde 1968 está también instalada en León. En 2001 abrió en Eras de Renueva –calle Santos Ovejero, 27– desde donde sigue despachando pan, pastelería y ofrece a sus clientes la posibilidad de disfrutar de todo ello en su cafetería (en estos momentos cerrada por el estado de alarma). Además, compraron recientemente otro local en el número 91 de la Avenida Mariano Andrés, una panadería «de las de toda la vida», con horno de leña, a la que quieren dar su «toque», reformar, recuperar el horno y dar un enfoque «más artesano». Unos planes que tendrán que esperar a que pase la ‘tormenta’ del Covid-19. Otro proyecto, que también está a la espera aunque por motivos diferentes, es la panadería que quieren abrir en Señor de Bembibre número 21, próxima a El Corte Inglés, en la que el obrador y la cafetería están terminadas desde hace ya un año. La Panadería Flecha espera por lo tanto seguir creciendo, aunque con el mismo objetivo con el que empezó el negocio en Santibáñez, con la idea elaborar productos de calidad, un pan «saludable, como el de antaño, resultado de procesos muy largos, con harinas molidas a la piedra» y con mucha variedad. «Tenemos pan de escanda, pan de centeno, pan de sarraceno, de chía… y seguimos con las ideas de antaño, con la metodología de siempre, aunque con la tecnología de hoy en día. Como dicen: el progreso está en el regreso», destaca Manuel.Por ello esperan salir de esta época atípica de la mejor forma posible, seguir peleando por sus trabajadores –tienen más de treinta– y por seguir defendiendo su buen hacer, ese que además de hacer crecer el negocio los ha hecho merecedores de diferentes premios. Entre ellos destacan dos estrellas en panadería que son las equivalentes a las Michelin en hostelería, el premio al mejor pan artesano de León que les otorgaron el año en el que la ciudad fue Capital Española de la Gastronomía o la ‘Miga de Oro’ de Castilla y León, que recibió en 2019. Además, estos galardones se suman a varios conseguidos a nivel individual (nacionales e internacionales) logrados tanto por parte de Manuel como de su sobrino, Daniel Flecha, que «el año pasado ganó el concurso al Mejor Panadero de España y ahora iba a concursar a Taiwán, al campeonato del mundo, que se ha tenido que aplazar». Seguirán, y lo harán como mejor saben, con las manos en la masa.
