"No es el Cristo de los borrachos, son dos Cristos en el mismo paso"

Amancio, de Villar de Mazarife, impulsó la recuperación del auto de La Pasión

Fulgencio Fernández
13/04/2022
 Actualizado a 13/04/2022
Amancio García Sánchez delante del paso que ha bautizado como Nazareno y ensayando con la dulzaina. | L.N.C.
Amancio García Sánchez delante del paso que ha bautizado como Nazareno y ensayando con la dulzaina. | L.N.C.
Cuando entras en la cuidada iglesia de Villar de Mazarife —seas viajero, turista, peregrino o, incluso el cura nuevo— lo primero que te sorprende es un paso de Semana Santa, bautizado por su autor como El Nazareno, que tiene dos Cristos, uno el de la flagelación atado a una columna y un crucificado. Parece que no hay más casos similares en la Semana Santa provincial por lo que su autor, el bueno de Amancio García, tiene que responder a la broma de «si es el Cristo de los borrachos, que es uno pero ven dos».

- Nada de borrachos, son dos cristos.

Le preguntamos al experto Héctor Luis Suárez, autor de varios libros sobre la Semana Santa en la provincia, y no conoce más pasos con dos Cristos. «Hay procesiones en las que dos cofradías sacan un Cristo cada una pero van por distinta calle... Dos es el mismo paso al menos yo no conozco más casos» y tira de ironía: «Será cosa de la despoblación, por si no hay gente suficiente para sacar dos pasos, uno atado a la columna y otro crucificado, pues van juntos».

No le quita la razón el imaginero, Amancio, de 93 años, quien lamenta el bajón que ha pegado la Semana Santa en Villar de Mazarife y en los pueblos en general. «A la juventud ya no les llaman estas cosas. Antes la procesión llenaba toda esta calle, hasta mi casa que está allá al fondo, pero ha bajado. Y mucho».

El autor del paso es un vecino del pueblo, Amancio, de 93 años, un personaje, activo, preocupado por su pueblo y sus tradiciones. A su entusiasmo se debe la recuperación del Auto de la Pasión hace veinte años y su posterior reposición hace 10, también es autor de un libro autobiográfico... «Llevé una vida de bastante trabajo, que nací en 1929 y ya se sabe lo que había, y cuando me jubilé me entretuve en estas cosas. Este paso se lo regalé a la iglesia del pueblo en 2012», es decir, ya tenía Amancio 83 años. Y por casa andan otras muchas ‘artesanías’ de madera, entre las que también hay otro Cristo —tres en un paso ya sería de Guinnes—, carracas, matracas o un plano del pueblo.

Aunque su nieto, al que deja de sustituto en la partida mientras nos atiende, dice que no tuvo relación con la carpintería o ebanistería, Amancio va más allá en el tiempo y la encuentra: «Mi abuelo fue carpintero, aquí en el pueblo».

El pueblo es Villar de Mazarife, donde nació Amancio y comenzó a trabajar bastante joven. «Con 17 ó 18 años ya fui de criado para unos señores y después hice un poco de todo; pero fundamentalmente fui agricultor y camionero».

- ¿Con lo de agricultor no era suficiente trabajo?

- A ver. Sólo trabajaba el capital que teníamos en casa, que era bien poco, unas tres hectáreas más el quiñón del pueblo. Con eso no sacas adelante a una familia».

Y fue Amancio García encadenando trabajos, y mejorando. «Después de estar de criadotuve una Isocarro con la que repartía pescado de ambulante, también iba al mercado... hasta que compré el camión. Repartí para el Almacén de Coloniales de Ángel Fernández, también trabajé para la Leonesa de Piensos de la Carretera de Alfageme... en definitiva, que me fui arreglando».

Hasta la jubilación, que no significó, ni mucho menos, el apoltronamiento. Se volcó con actividades artísticas como las ya apuntadas de teatro, imaginero...

- Y músico, que he visto ahí un atril con una partitura de la Jota de la Sobarriba.

- Sí, me gusta. Con 89 años me apunté a clases del dulzaina en la Escuela de Música de León, con Tolo. Me dio mucha pena cuando lo tuve que dejar por la pandemia, aunque ya le arranco algunas canciones a la dulzaina, que yo sigo practicando.

No para el bueno de Amancio, un personaje capaz de encajar dos Cristos en un mismo paso.
Archivado en
Lo más leído